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La tarjeta de «Invictus»

La Razón
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Hay que reconocer que los cacos que robaron la tarjeta de crédito a «Invictus» tienen buen gusto, porque se fundieron la pasta en artículos de lujo. Es curioso. Está claro que a Tomás Gómez no se la sustrajeron en algún barrio marginal o en una población del extrarradio «rojo». Eran delincuentes con buen gusto. Al candidato socialista le suceden cosas curiosas. En mi vida me han robado una tarjeta de crédito o me han realizado cargos incorrectos, aunque quizá mi posición económica debe ser peor que la del candidato socialista o no dispongo de tantas tarjetas como él. Me preocupa que pudiera gestionar la economía de Madrid con este antecedente de poca precaución en la posesión de este medio de pago. No es un buen aval ni como economista, aunque no se le conoce ninguna publicación y no es doctor, ni como gestor. No quiero imaginar que dirían sobre la sustracción de la tarjeta los teóricos de las conspiraciones o el propio «Invictus» si el perjudicado hubiera sido un dirigente del PP.