Atlético de Madrid

Atlético de Madrid

El derbi de las mil caras fue del Real (4-1)

La expulsión de Courtois (min. 25) fue clave en un partido que el Madrid resolvió en la segunda parte

El Madrid continúa su buena racha (4-1)
El Madrid continúa su buena racha (4-1)larazon

¿Crónica de una derrota anunciada? El Real Madrid no está para bromas y el Atlético, que no es el Dínamo, pese a que en algunas fases de su juego se le parece, salió al Bernabéu dispuesto a pelear, a plantar cara al líder y a convertir el partido en una pelea constante, en donde no había metros para jugar. El derbi no tuvo juego brillante, pero sí intensidad, acciones para la polémica y una justa expulsión, la del meta Courtois, que marcó el devenir del encuentro.

Hasta que el meta belga derribó a Benzema y vio la roja, el Real Madrid no encontró el camino adecuado. Mezcló mal en ataque y, a pesar de su presión, cuando recuperaba la pelota no sabía qué hacer con ella. De ahí el enfado de Mourinho, al que tampoco parecía gustarle la labor de su árbitro preferido, porque los suyos estaban perdidos –sólo tiraron tres veces a puerta– y no veían soluciones para desbloquear el sistema del rival.

Sorprendió Manzano con la inclusión de Salvio –Reyes mordió banquillo– y de Assunçao. El brasileño, que entraba en las quinielas del trivote, fue compañero de Gabi, actuó como escudo por delante de la defensa en un papel previsto, en principio, para Mario, que fue suplente. Sobre el papel o la pizarra del técnico se trataba de defender muy bien, con orden y coberturas casi perfectas y salir al contragolpe. Y durante 25 minutos todo salió según lo previsto.

El Atlético encontró oro en una jugada de Adrián después de un saque de esquina. El asturiano, en colaboración con Salvio, lo hizo todo y al límite del fuera de juego silenció el Bernabéu con un gran gol. El partido estaba en la balanza de Manzano porque, además, Mateu Lahoz permitía acciones que otros colegas hubieran castigado con tarjeta.

Ocho minutos de gloria para el Atlético, que aguantaba con criterio, que se pegaba con el rival por el balón y moría en las pelotas divididas. Y llegó la tarjeta a Diego, provocada por Di María, al que Filipe Luis le había hecho una falta de amarilla. El brasileño era el encargado de tapar a Xabi Alonso y hasta entonces había conseguido que el vasco no moviera a su equipo. Era un Madrid timorato, atascado, sin luces: Benzema se esforzaba en la presión, lo mismo que Di María, pero faltaban la claridad de Özil y del propio Xabi. Cristiano le ganó una carrera a Perea y se llevó una patada. Benzema le ganó la posición a la defensa y se llevó un penalti, una expulsión y el primer gol del portugués al Atlético desde los once metros.

El primer derbi se había terminado. Comenzaba a jugarse otro. Manzano tiró de manual y quitó al tarjeteado Diego. Xabi Alonso vio el cielo abierto y los atléticos comenzaron a pensar en la nueva maldición que se cernía sobre ellos. Su esfuerzo, su trabajo, no tendría correspondencia ante un Real Madrid que resucitó, que leyó mejor el partido en la segunda parte y que vio cómo Di María marcaba las diferencias con el segundo gol.

Y punto final. Llegó el tercero, de chiste, en un error de Godín, que no se entendió con Asenjo. Ya no estaba el Atlético para muchos trotes y el Madrid quería más. Se gustaba, llegaban las ocasiones y el juego de los de «Mou» se asemejaba más al de los últimos partidos, aunque ya se sabe que no hay pelea si uno no quiere.

En el colmo de la estupidez, el segundo penalti fue de verbena. Godín derribó a Higuaín y el uruguayo se fue a la ducha. Un Atlético con nueve era la imagen de la desilusión, de la falta de criterio, pese a que había querido y no había podido.

El Real Madrid, con Callejón, Coentrao e Higuían, afrontó el último tramo con tranquilidad, con acciones bien llevadas para olvidarse del mal trago que pasó en los primeros veinticinco minutos de un derbi que no fue bello, pero sí intenso. Hoy por hoy, la diferencia entre los de Mourinho y los de Manzano es abismal. Y de ahí que el rico pudiera con el pobre. Ya se sabe lo que dura la alegría en la casa del último. Lo que Courtois tardó en hacer un penalti cuando las cosas iban de cara. Después, el rico se puso sus mejores ropas y no dejó ni recoger las migajas. Y van trece años.


Xabi encontró la tarjeta que buscaba
Llegaba con cuatro amarillas al partido ante el Atlético y buscaba una quinta para que no peligrase su presencia en el clásico del 10 de diciembre. En el minuto 40, una obstrucción a Salvo en el centro del campo sirvió para que Mateu Lahoz le amonestase. Xabi Alonso no estará en El Molinón, pero llega limpio al partido ante el Barça.