Imbecilidad irreversible por Reyes Monforte

La Sanidad española es una de las mejores del mundo, no sólo por la cualificación de sus profesionales, sino por el modelo de sistema sanitario envidiado por todos, en especial por los ciudadanos de EE UU, donde hacerse una radiografía o ser atendido de urgencia depende de la nómina. Por eso no debemos permitir que nadie amenace ese envidiable pilar de nuestro Estado del Bienestar sustentado por nuestros impuestos y mucho menos que lo hagan aquellos sobre los que hemos depositado nuestra confianza. Los ciudadanos tenemos derecho a esa Sanidad que pagamos, y en esa ciudadanía se incluyen los enfermos, pero también los proveedores y las farmacéuticas. Lo que no se entiende es que los políticos hayan gestionado pésima y casi fraudulentamente nuestro presupuesto, gastándolo no en saldar deudas de primera necesidad, sino en ir abriendo embajadas como si fueran tiendas de Zara o colocando a ministros/as salientes en puestos de responsabilidad. La última barrabasada, digna de acabar en un juzgado de guardia, es la decisión de González-Sinde de aprobar una ayuda de 4 millones no para la industria de la cultura de la que podríamos beneficiarnos todos, sino para un grupo de amiguetes que suponemos que la acogerán con los brazos abiertos cuando ceda la cartera. Vomitivo. Éramos un enfermo modelo pero no contábamos con que nuestros gobernantes enfermarían de imbecilidad irreversible.