Francia

Renegociar la deuda

La Razón
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Los movimientos de los mercados financieros de los últimos días indican que no es descartable que un estado de la UE tenga que renegociar su deuda pública. Cuando en primavera tuvimos la crisis con Grecia, quedó claro que no estaba cerrada. Muchos países seguían luchando con los problemas del descenso de sus ingresos fiscales, persistiendo la necesidad de pedir endeudamiento, con «spreads» o primas de riesgo de esa deuda que apenas bajaban. La propia Grecia, aunque en los siguientes dos años no tendrá problemas de liquidez, se enfrenta al pago de una deuda con primas superiores al 10%.
La situación en Irlanda, donde el Estado ha concedido un aval indiscriminado al sistema financiero, que acumula un pasivo muy superior al que sería previsible para un país de sus dimensiones, amenaza con repetir el proceso de Grecia, que consiste en que los socios europeos garantizan la liquidez a corto plazo a la vez que la deuda pública a medio plazo sigue creciendo. Con cada crisis que se cierre en falso, el problema de fondo crece, y la posibilidad de que un estado no pueda responder a sus obligaciones ya no es ciencia ficción. En teoría los países acordaron la promesa de un fondo de rescate muy considerable, pero cuesta creer que sean realmente capaces de ponerlo en práctica y desembolsar físicamente este importe, con una opinión pública cada vez más en contra de rescatar a otros países que no han hecho los deberes.
Este escenario indica que habrá tensión en los próximos meses, como está sucediendo estos días. Paradójicamente, la bolsa española tiene cierto colchón para apaciguar los movimientos internacionales porque ya tiene descontadas, en gran medida, posibles catástrofes financieras. Entre las periféricas, la nuestra es una las más líquidas y con más inversores internacionales, que ya han sacado sus conclusiones del riesgo país, contribuyendo a que el rendimiento en el último año haya estado muy por debajo del de Francia o Alemania. Aunque todavía no existen motivos macro-económicos que hagan pensar que la tendencia va a cambiar, la bajada de los últimos meses proporciona el margen suficiente para sacar la conclusión de que crisis como las de Irlanda tendrán menos impacto en España que en otras plazas europeas.