Estados Unidos
EE UU intenta justificarse por los cables sobre Zapatero
En los cables filtrados por Wikileaks a cinco periódicos de todo el mundo, el jefe del Ejecutivo español recibe los apelativos de «cortoplacista» y defensor de una izquierda «trasnochada y romántica». También se atribuye su victoria electoral a la «mala gestión» del Partido Popular de los atentados del 11-M y se advierte de que en ocasiones también ha sido «un problema» para los intereses de la política exterior de la Casa Blanca.
El embajador de EE UU en España, Alan D. Solomont, salió a la palestra ayer para tratar de justificar de forma coherente las descalificaciones efectuadas desde la legación diplomática sobre Rodrí-guez Zapatero. Solomont, empresario y uno de los principales mecenas de la campaña de Barack Obama, se mostró confiado en que lo ocurrido «no dañe las excelentes relaciones entre los dos países», aunque reconoció que existe una posibilidad «pequeña» de que eso ocurra.
El embajador trató de quitar hierro al tratamiento peyorativo de Zapatero empleado en los documentos enviados por la legación estadounidense al Departamento de Estado entre 2004 y 2010. Solomont se refirió a los cables diplomáticos como análisis de diversos asuntos «subjetivos e incompletos» que ayudan al proceso de toma de decisiones en Washington pero que, en ningún caso, reflejan «la opinión de los líderes de mi nación ni la política nacional». Sin embargo, el representante de EE UU en nuestro país no quiso confirmar la veracidad de lo filtrado a la Prensa y expresó su «preocupación» por la diseminación de documentos robados de sistemas de información clasificados.
«Gran respeto»
La llegada de Obama a la Casa Blanca abrió un periodo dulce en las relaciones bilaterales, maltrechas tras la precipitada retirada española de Irak que tan mal sentó en Washington. A nadie se le escapa que, aunque lo publicado no atenta contra la seguridad, no deja al embajador en una posición cómoda. En otros casos, como el de Kenia, la filtración ha causado una tormenta diplomática y el representante de EE UU ha tenido que acudir al Palacio presidencial para dar explicaciones por haber llamado «ciénaga corrupta» al régimen.
En el caso español, Solomont aprovechó ayer su intervención ante un reducido grupo de medios de comunicación para tender puentes con la clase política y manifestó un «gran respeto» a los responsables españoles con los que ha contactado desde que es embajador en Madrid hace ahora casi un año. En una entrevista realizada por este periódico hace un mes, este empresario de origen judío se mostró especialmente impresionado por el trabajo de Alfredo Pérez Rubalcaba, que acababa de ser nombrado vicepresidente primero y portavoz del Gobierno.
«España es un aliado clave y un socio estratégico de EE UU», afirmó Solomont, cuyo nombramiento se retrasó varios meses después de que un senador republicano empleara su derecho de veto. El embajador, que recordó que no es un diplomático de carrera, no quiso entrar a comentar de forma específica las alegaciones de Wikileaks , como la supuesta oferta de la Administración demócrata al Gobierno de Zapatero de entregar 85.000 dólares por la acogida en suelo español de cada prisionero de Guantánamo. Sobre las presiones ejercidas sobre jueces de la Audiencia para frenar las investigaciones que afectaban a estadounidenses, el embajador dijo que su país reconoce que «España tiene una judicatura independiente».
Jiménez niega que se ofreciera dinero por acoger presos
- La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, ha negado que la Fiscalía del Estado o el Gobierno sufrieran presiones de Estados Unidos para obstaculizar procesos judiciales. «Es absolutamente falso que hubiera algún tipo de presión», ha zanjado la ministra tras su comparecencia de ayer en el Senado, al tiempo que restaba relevancia a las filtraciones. «Son cuestiones a las que no hay que dar mucha credibilidad. Simples impresiones que sólo reflejan opiniones de una parte».
- Respecto al documento que señala que EE UU habría ofrecido a España 85.000 dólares por cada preso de Guantánamo que acogiera, también lo ha rechazado, alegando que «en ningún caso medió, ni siquiera hubo intención de que mediara precio alguno por acoger a presos».
- Uno de los cables filtrados explica que, ante la tardanza del Ejecutivo español en acoger a los presos, en una reunión en Washington entre Miguel Ángel Moratinos y Hillary Clinton, áquel le dijo «de forma resignada y apagada» que Rodríguez Zapatero cumpliría lo acordado.
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