Paraguay
Cesc o Silva
Las derrotas son tormentas con gran aparato eléctrico. Las victorias, en ocasiones, atraen la lluvia. Hay triunfos que se matizan, que no acaban de gustar y ello tiene como consecuencia la polémica. Por suerte, Del Bosque únicamente tiene que soportar una especie de sirimiri porque la mayoría de los españoles le da toda su confianza. La selección ha alcanzado las semifinales y ello es catar la gloria.España venció a Paraguay de manera dramática. Los penaltis estuvieron a punto de dar a la eliminatoria un tono tan decepcionante como el padecido por Argentina, pongamos por caso. Se ganó y en un Mundial, por muchas pegas que pongamos quienes tratamos de analizar las circunstancias de cada partido, sólo ello da buena imagen a los ganadores. Discutir sobre la idoneidad de una alineación lleva a la nada porque el seleccionador, con su criterio, ve mejor la presencia de Torres que la de Cesc o Silva. La polémica se centra en la conveniencia de poseer más presencia en el centro del campo, más posesión de balón para cansar al rival y evitar sus contragolpes. Torres no ha dado muestras de plenitud y dado que también hay dos pivotes donde en la Eurocopa sólo había uno, nos tropezamos con el hecho de que los llamados «jugones» son menos y por tanto no se imponen siempre. Con Cesc o Silva el estilo que ha hecho grande a la selección se mantendría.
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