Valencia

Médicos desbordados por los casos de ansiedad y depresión fruto de la crisis

Los servicios de atención de salud mental se encuentran desbordados por los casos de pacientes con cuadros depresivos y diagnóstico de ansiedad fruto de las situaciones derivadas de la crisis económica.

«No estamos acostumbrados a oír ‘no' y debemos sentir frustración»
«No estamos acostumbrados a oír ‘no' y debemos sentir frustración»larazon

Valencia- Según explica la jefa de la Unidad de Psicología Clínica y de la Salud del Hospital General de Valencia, Eva Carbajo, las patologías más severas como las obsesiones compulsivas, las manías depresivas o la esquizofrenia, corren riesgo de ser ninguneadas por la proliferación de las leves.

Por ello, este Departamento de salud, que atiende a una población de más de 300.000 personas, ha puesto en marcha un proyecto piloto en el centro de referencia de salud integral de Juan Llorens, donde han asignado un psicólogo que tiene la misión de poner su grano de arena en la descongestión del sistema.

«Los casos graves están olvidados porque se da prioridad a otros. Parece que esté de moda tener depresión o ansiedad». En este sentido, lamenta que se esté tratando de aniquilar los procesos de duelo. «Si fallece un ser querido, hay que llorar. La sociedad de bienestar en la que vivimos está convirtiendo en patológicas emociones que son normales. Y es que el concepto de que, cuando pasa algo malo, uno se siente mal, se está olvidando, y ello conlleva una demanda de tratamientos en muchas ocasiones innecesarios».

Recuerda que la tristeza o la ansiedad son sentimientos normales, «pero hoy en día no queremos sufrir». Son muchos los que acuden al médico «porque no quieren tener eso». De hecho, asegura que un porcentaje muy elevado de la demanda en salud mental en Atención Primaria «realmente no requiere prioridad».

A su juicio, se están perdiendo los rituales, «tan necesarios». «Acabamos de pasar el Día de Todos los Santos, pero en lugar de ir al cementerio, se celebra Halloween. Estamos desubicados».

A ello se suma que experimentamos un bajo nivel de frustración. «No estamos acostumbrados a escuchar la palabra ‘no', así que, cuando nos enfrentamos a dificultades, nos cuesta más superarlas y es ahí donde entran en juego las visitas al médico».

Y todo ello se agrava en época de crisis. «Este está siendo un año durísimo. Existe una clase media que nunca pensó que se quedaría sin trabajo o estaría en mitad de un ERE, y le ha pasado. Hablo de gente que no tiene ingresos, muchos de los cuales acaban somatizando la situación, con un mayor malestar físico».

Ello conlleva también una especie de «síndrome del nido lleno», que es el que se produce cuando los hijos se ven obligados por las circunstancias a regresar al hogar paterno. «El problema no es volver a casa, el problema es la pérdida de autonomía, la económica y la personal». Pero aconseja vivirlo como algo temporal. Y sobre todo, establecer límites que respeten la convivencia con el otro sin imponer nuestro punto de vista.