España

2 1..

La Razón
La RazónLa Razón

España tiene un gravísimo problema estructural con el trabajo. El gobierno actual ha administrado pésimamente sus primeros años de gestión pública, cuando los procelosos vientos del crecimiento económico aún soplaban a nuestro favor, entonces pudo haber acometido las profundas reformas que la situación requiere pero, para nuestras autoridades competentes, el cortoplacismo político siempre importa más que el bien común. Mientras la hucha está llena, prefieren consolidarse en sus escaños y dedicarse a labores de cirugía estética y de costura y bordado social, intentando darle a la colectividad la forma que se les antoja más conveniente según sus criterios ideológicos.

Se necesitan gobernantes con valentía, inteligencia, generosidad, grandeza de espíritu y vocación de servicio público que piensen en el bien del Estado y de los ciudadanos antes que en la perpetuación de su poder, en sus intrigas palaciegas y en las redes clientelares que los perpetúan en un cómodo sillón.

En el siglo XVIII, Europa articuló su «política de pobres» alrededor de la idea del trabajo. La política de pobres era una idea humanista e ilustrada. Se clasificaba a la pobreza –«falsa o fingida y verdadera»– para hacer eficiente la política asistencial. Se dedujo, entonces, que el trabajo puede, y «debe» sustituir de forma masiva a la asistencia que, sin el trabajo, tampoco resulta demasiado eficaz. En lo que tocaba a las «clases populares», la disposición física para trabajar determinaba si la pobreza era verdadera o falsa; así se tomaban medidas para la eliminación de la «falsa pobreza». Pasaría el Siglo de las Luces y se continuaría penalizando y persiguiendo legalmente la «ociosidad y la vagancia». Afortunadamente, esos tiempos ya pasaron. Sin embargo, España no ha resuelto todavía sus problemas con el trabajo: incluso cuando crece más del 3%, siempre duplica la tasa de paro de cualquier país de su entorno.

Invariablemente, cuenta con una base de 2,1 millones de parados, como mínimo. ¿Qué significa eso? ¿Se trata de una parte de la población perpetuamente desempleada/desesperada… lo que resultaría una llaga terrible en el corazón mismo de la sociedad?, ¿de una cuestión cultural?, ¿de una reserva electoral de voto muy socorrido?, ¿de una enorme bolsa de pobreza que aún no hemos conseguido eliminar pese a nuestra chulería de nuevos ricos?, ¿todo a la vez? Y… ¿por qué no dedicar unas decenas de miles de asesores políticos en activo (un decir) a estudiar el tema y a buscar soluciones, dado que la situación es insostenible y requiere medidas urgentes…?