Valencia

Rajoy arrolla al PSOE en todo el mapa territorial

Entre la hecatombe y la simple derrota de los socialistas el dado cayó finalmente del primer lado. Esta vez no se confirmó la regla de que las campañas le sientan bien al PSOE y las urnas sí apuntalaron la pérdida de casi todo su poder autonómico, incluso del símbolo de Castilla-La Mancha. Así como una brutal caída municipal que le deja en una situación muy complicada para agotar, como pretende, la Legislatura.> Blanco: «No es el momento de lamentarse, sino de levantarse»> Bildu recibirá del Estado más de 500.000 euros gracias a sus 1.138 concejales> Barreda pide una «revisión ideológica» profunda> Consulte aquí todos los resultados de las elecciones municipales y autonómicas

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Sin paliativos, una dolorosa y humillante derrota que vitaliza el lema del cambio y la exigencia del PP de adelanto electoral. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, compareció anoche de cuerpo presente para negar la disolución de las Cortes y responsabilizar a la crisis del batacazo socialista. Mientras que un eufórico Rajoy salió al balcón de Génova para prometer que su partido «gobernará para todos» y desde hoy se pondrá a trabajar para ganar las generales y para sacar a España de la crisis. «Los ciudadanos han elegido libremente lo que creen bueno para España», proclamó.

El PSOE no ha conseguido mayoría absoluta en ninguna de las comunidades autónomas en las que se celebraban elecciones y dejará de gobernar en Castilla-La Mancha, Baleares y Asturias. En Extremadura, gana el PP, pero el PSOE podría gobernar con el apoyo de IU, sólo con un escaño de diferencia sobre la suma popular, lo que es otro resultado histórico para la cuenta de resultados de los de Rajoy. En Aragón, los socialistas para seguir gobernando tendrían que pactar con todos: el PAR, la Chunta e Izquierda Unida. A la candidata del PP, Luisa Fernanda Rudi, le bastaría con un acuerdo con el PAR.

En el resto, salvo Canarias, Asturias y Navarra, el mapa autonómico queda pintado de azul. Hasta Cantabria pasa al bando popular ante el derrumbe estrepitoso de los socialistas, lo que impide que Miguel Ángel Revilla puede reeditar el pacto de la pasada Legislatura con el PSOE que le convirtió en presidente de la comunidad, pese a ser la tercera fuerza en votos. Al PSOE le sigue quedando Andalucía, donde no se han celebrado elecciones autonómicas, y el País Vasco, donde depende del apoyo del PP. En esta comunidad las urnas le juegan otra mala pasada porque le colocan en un endiablado tablero en el que necesita a los populares en Ajuria Enea, y al PNV en Madrid y para aprobar los próximos Presupuestos Generales del Estado.

Los peneuvistas intentarán cobrarse el precio de ese apoyo en alianzas locales frente al sonoro resultado de Bildu, pero eso entraría en una obscena contradicción con el Acuerdo por el Cambio del PSE y PP. Una de las pruebas de fuego será lo que ocurra en Álava, en concreto en Vitoria, donde el PP ha sido la fuerza más votada y exige que se le respete su gobierno. En su conjunto, los abertzales irrumpen como segunda fuerza y pueden arrastrar al PNV a pactar con el PSE: los radicales logran el mejor resultado de su historia y controlarán Guipúzcoa. Por número de votos, los nacionalistas ganan en 50.000 papeletas a los constitucionalistas.

La primera conclusión política es que el PP da un paso de gigante hacia el desembarco de Mariano Rajoy en La Moncloa, en principio en marzo del próximo año. El PSOE, por contra, dará a partir de este lunes el pistoletazo de salida a sus primarias en una situación muy delicada tras el castigo de las urnas. José Luis Rodríguez Zapatero se ‘despide' dejando a su partido noqueado.Las elecciones municipales siempre tienen valor de generales porque se celebran en todo el territorio frente a las parciales, como las autonómicas gallegas, catalanas o vascas. Y en éstas el carácter de primarias ha sido inevitablemente mayor: sin duda han sido las más generales desde 1995, cuando el PP logró la victoria que le abrió las puertas de La Moncloa.

Las cifras de desempleo, la profunda crisis económica y el radical giro en política económica que hace poco más de un año tuvo que dar el Gobierno para cumplir con las exigencias de la UE y del FMI han hecho que en las urnas del 22 de mayo se ventilen muchas más cosas que las estrictamente locales o autonómicas. De hecho, éstas no han estado presentes en toda la campaña y la recta final ha estado dominada por una cuestión tan nacional como las movilizaciones contra el actual sistema bipartidista, que han terminado en acampada en la madrileña Puerta del Sol y en las plazas de otras capitales de provincia.

En ese río han intentado pescar distintos partidos, sobre todo de la izquierda. IU ha logrado subir al puesto de tercera fuerza política, gracias a 1.417.222 votos (el 6,32 por ciento), 200.000 más que hace cuatro años. Y UPyD, que se presentaba por vez primera a las elecciones locales, ha conseguido afianzarse como quinta fuerza política, con más de 463.340 votos en toda España (el 2,07 por ciento ) y 152 concejales. La participación fue del 66,23 por ciento, y en 2007 se quedó en el 63,97 por ciento. Más de dos puntos superior, aunque la cifra más llamativa fue el medio millón de votos en blanco, un récord absoluto en democracia que el movimiento del 15-M quizás reivindique como propio. Las urnas no aclaran su futuro y ellos, de momento, han dicho que seguirán aguantando, pero habrá que ver si tienen fuelle suficiente como para llegar a las generales, una vez que el foco mediático vaya apagándose.

El PSOE sufre su derrota más dolorosa desde el 95 y el PP su victoria más contundente desde que Rajoy llegó a la oposición. El PP incluso refuerza algunas de las mayorías absolutas donde gobierna, reduciendo a escombros al PSOE en Madrid, Murcia, La Rioja y hasta en Valencia, pese a todo el ruido del «caso Gürtel». Francisco Camps consigue un escaño más que hace cuatro años, pero baja casi cuatro puntos en porcentaje de votos. El resultado más relevante es el que se ha producido en Castilla-La Mancha, todo un símbolo porque siempre ha estado en manos del PSOE y porque, además, ha sido la gran apuesta de Rajoy y de su número dos y candidata por esa comunidad María Dolores de Cospedal.

El PP recupera con una mayoría absoluta holgada el gobierno de Baleares, bajo el impulso de la renovación que ha hecho José María Bauza en el contenido y en el continente heredado de Jaume Matas, juzgado por su presunta implicación en varios casos de corrupción. En Aragón todo queda en manos de los pactos. Y en Asturias el PP recibe el bofetón más fuerte de las urnas, y posiblemente el único, lo que lo hace aún más doloroso. Francisco Álvarez Cascos sacude la escena política asturiana y será el próximo presidente del Principado bajo las siglas de Foro Asturias, el partido que se inventó cuando Rajoy se negó a designarle candidato. Superó al PSOE en un escaño. Génova tendrá que reflexionar sobre las consecuencias de la fractura de su electorado en Navarra y en Asturias.