África

Murcia

OPINIÓN: Bombillitas

La Razón
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Mira que no he querido faltarle a Sebastián y lo he hecho todo a su gusto: me desabroché la corbata hasta parecer el invitado a una boda tras cuatro horas de barra libre, he desmontado las ruedas caras del coche para ponerle unas de oferta, no sea que desgasten menos el asfalto, le he pedido al presidente de mi comunidad que apague las luces de portal, restrinja las horas de ascensor y nos dé una lámpara de aceite para subir las escaleras. Ah, y ya no dejo toda la noche cargando el móvil, sino que me levanto a las tres de la mañana para desenchufar los leds de la tele, el microondas y la cafetera de Clooney. Oiga, que ya no puedo hacer más. Lo peor es que no tengo todavía coche eléctrico, que si pudiera montarme en uno del Scalextric que me regalaron Los Reyes Magos en el 72,juro que lo haría. Voy a 110 por la autovía y no fumo a menos de cien metros de la tasca, pero me cuesta mucho pensar en ducharme menos o cambiarme de calzoncillos para no hacer tantas lavadoras. Lo mismo es que gasto mucha energía y por ponerme calcetines a diario no soy un buen patriota. Pero mire, es que mientras me devano la sesera con el ahorro, el Presi Zp coge el avión oficial desde Emiratos y se funde 15.000 euros en combustible para dormir en casita y largarse al día siguiente a Túnez. Sólo me consuela pensar que el bueno de José Luis haya aterrizado en Africa con los mismos gayumbos, la corbata desajustada y una linterna led en la frente para recorrer a oscuras el pasillo del avión oficial. Porque si no, voy a empezar a creer que a estos que nos mandan les gusta mucho el chau-chau y hacen lo de siempre: disfrutar desde arriba y joder a los de abajo. Que haya alivio y sálvese el que pueda.