Conflictos laborales

Huelga Plomo

La Razón
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A este ritmo y antes de que se retire del todo habrá que pedirle al Pulpo Paul que nos ayude con la huelga del Metro de Madrid. En una urna podemos poner un kilo de mejillones y un cartel que diga «no a la huelga» y en la otra vacía con «sí a la huelga». Igual haciendo trampas conseguimos quitarnos de encima el tostón del paro en el suburbano, que molesta más que sirve y que estorba más que avanza. Hemos pasado de no poder tocar ni medio céntimo en nómina, porque era el fin del mundo, y la llegada de los cuatro jinetes de la Línea 6, a la posibilidad de la negociación. Es decir: Sí se podía recortar. Además, por otra parte, hemos pasado de no cumplir los servicios mínimos del 50 por ciento, porque afirmaban que eran abusivos, a cumplirlos en días alternos. Un avance. De la mesa negociadora no podemos esperar que acabe como Iker Casillas y Sara Carbonero: no se van a comer los morros. Pero ya que las posturas se van acercando ¡por favor! que nos quiten de encima esta huelga tan plomo.