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Gadafi responde a los misiles con ataques sobre dos poblaciones

Mientras el debate político sobre el liderazgo de la misión «Oddysey Down» continúa en Europa, en Libia la guerra avanza sin descanso y sin que Gadafi parezca tener ninguna intención de dejar de machacar a los rebeldes.

Un grupo de ciudadanos libios posa sobre los restos del F-15 estadounidense accidentado ayer
Un grupo de ciudadanos libios posa sobre los restos del F-15 estadounidense accidentado ayerlarazon

Si por la mañana submarinos estadounidenses y británicos lanzaban 24 misiles Tomahawk sobre diferentes objetivos en suelo libio, las fuerzas leales al coronel Gadafi se empleaban con especial dureza en Misrata y Ajdabiya.

En la primera de las localidades, carros de combate y piezas de artillería leales al dictador libio abrían fuego sobre enclaves rebeldes causando al menos cuarenta muertos, entre ellos varios civiles. En Ajdabiya, ambos bandos mantuvieron ayer duros combates sin que se tenga conocimiento del número de bajas. Según informaba ayer Associated Press, las fuerzas del coronel Gadafi han comenzado a emplear también francotiradores en estos combates, tanto en Misrata como en Ajbadiya.

Al mismo tiempo, en la localidad occidental de Zintan, los bombardeos de los afines a Gadafi causaban al menos diez muertos, según Reuters.

Mientras tanto, las fuerzas de la coalición continuaban sus operaciones. Según el Gobierno libio, uno de los misiles lanzados desde los buques aliados alcanzó una instalación naval en el este de Trípoli, destrozando cuatro camiones-lanzaderas de cohetes de fabricación soviética. A última hora de la tarde, la capital registraba nuevas explosiones que eran respondidas con disparos de las baterías antiaéreas que aún quedan en funcionamiento y que según el secretario de Estado norteamericano, Robert Gates, son más o menos la mitad de las que había al comienzo de la operación.

Pese a esa oposión desde tierra, los aviones aliados seguían lanzando ayer misiones sobre suelo libio con resultados muy dispares. Por un lado, los cazas canadienses abortaban el primero de los ataques contra un aeródromo militar al detectar una importante presencia de elementos civiles y el temor de causar bajas entre la población. Tras sobrevolar la zona, volvieron a su base de operaciones. Peor suerte corrió un F-15 de las fuerzas estadounidenses, que por la mañana caía en el este del país al parecer por un fallo mecánico y cuando se dirigía, según informaciones procedentes de la propia zona, a destruir una instalación de misiles libios.

Al mismo tiempo, dos cazas Rafale franceses despegaban desde el portaaviones «Charles Degaulle» para realizar una patrulla de reconocimiento sobre territorio libio, en la primera misión que se lanza desde el buque más poderoso de la Marina francesa.

Otros dos cazabombarderos Mirage, en este caso qataríes, aterrizaron ayer en Grecia para unirse al dispositivo internacional, junto a dos aeronaves de transporte militar C17.

El principal objetivo de los aliados en este momento es conseguir que los efectivos gubernamentales se retiren de las ciudades de Ajdabiya, Misrata y Zawiya. Así lo reconoció ayer el almirante estadounidense Samuel Locklear, jefe de la fuerza naval de EE UU en Europa y África, que admitió que antes de que comenzara la ofensiva internacional «la fuerza aérea libia ya no estaba en buenas condiciones y consistía en buena medida de mucho equipo viejo, estacionado en las pistas y sin uso» a excepción de «algunas decenas de helicópteros».