Elecciones andaluzas
El alcalde señala que Espadas debió pugnar con Celis en unas primarias
Monteseirín cree que Sanz dice que es muy difícil que Zoido alcance el bastón de mando «para movilizar al electorado».
SEVILLA- A nueve meses de los comicios locales, con el candidato socialista sin ratificar oficialmente y su futuro político abierto, el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, ha vuelto a decir «esta boca es mía». Aprovechando la crisis interna del PSOE de Madrid, en plena pugna entre Tomás Gómez y Trinidad Jiménez, el regidor subrayó que está a favor de las primarias, de que la militancia elija al candidato –algo que no ha ocurrido en Sevilla– y que el que fuera su delfín y ex delegado Alfonso Rodríguez Gómez de Celis debió enfrentarse ante los socialistas de base con el oficialista Juan Espadas para la elección del número uno de la lista.
Monteseirín avaló «conceptualmente», en una entrevista en Radio Sevilla, el proceso de elecciones en el PSOE de Madrid. «A mí me eligieron en unas primarias, me parece un buen sistema; pero si el camino que se ha elegido es otro, pues lo respeto y asumo». «Sobre la coyuntura actual, no me atrevo a opinar. Me parece que el partido hace lo que cree que es mejor», añadió, consciente de que el aparato orgánico –el propio Griñán anunció su salida vía teletipo– ha sido el que le ha alejado a él –y a sus colaboradores– de optar a un cuarto mandato.
A diferencia de lo que ocurre en Madrid, los socialistas andaluces ni siquiera esperaron a que Ferraz les autorizara oficialmente a suspender el proceso de primarias. Se impuso el «dedazo». En expresión utilizada por el «jefe» andaluz en el PSOE y presidente de la Junta, José Antonio Griñán, en la capital hispalense –y en otras de Andalucía– se primó la elección del «equipo» sobre las «estrellas». «Los Iniesta», dijo Griñán. El supuesto «Iniesta» sevillano se llama Juan Espadas, apenas es conocido por la ciudadanía y, pese a ello, como recuerda el PP, «está de vacaciones». Si pierde, está obligado a seguir en la oposición; igual que fue instado a dejar la cartera autonómica de Vivienda, pese a ser, según Griñán, el mejor consejero de su etapa. Una de las consignas que «papá Griñán» dio a Espadas, al parecer, es que cuidara su dieta. Precisamente a Vivienda fue a parar Celis, como número dos de Rosa Aguilar, mostrándose, finalmente, dócil a las consignas orgánicas tras años abanderando con Monteseirín el sector crítico frente a los vieristas o –nominando en base a las lealtades internas–, «susanistas», en honor a la secretaria de Organización del PSOE-A.
Las opciones socialistas de «salvar» la plaza de Sevilla pasan por reeditar un pacto con IU. De ahí que el PP subraye que «votar a Espadas es votar a Torrijos». El alcalde, en su análisis de las palabras del presidente del PP de Sevilla, José Luis Sanz, sobre la dificultad de que Zoido sea alcalde, interpreta que los populares «tratan de movilizar al electorado». «Mientras que el PSOE presenta al mejor candidato disponible –como los socialistas han dicho–, nosotros tenemos al mejor de los mejores. El señor Viera lo sabe, tiene las encuestas y todas dan a Zoido ganador con mayoría suficiente», respondió el PP.
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