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El teléfono de la UCI

La Razón
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La UCI advierte de que la sanción que espera a Contador no es un año, como sugiere el informe del Comité de Competición de la Federación Española de Ciclismo, sino dos; de esta manera, trinca 3.100.000 euros de la víctima, que además de «ejem» pone la cama. Razón de peso (intrascendente): el clembuterol es sustancia dopante, por muy insignificante que sea la muestra hallada en la orina del artista. Y, salvo que el TAS no le declare culpable y deje a la UCI y a la Agencia Mundial Antidopaje con el pompis a la intemperie, tendrá que apechugar con la condena, aunque inicialmente sus verdugos le creyeron inocente. ¿Qué ha cambiado desde el 26 de agosto hasta hoy? Nada, salvo que los mamones han engordado. Imagino a McQuaid modernizando la UCI y dando instrucciones a la operadora de la centralita para atender a sus afiliados: «Apunte, señorita, y actívelo cuando haya terminado. Para hablar con el ilustrísimo señor presidente Pat McQuaid (no es marqués, pero vive mejor que un ídem), pulse uno. Para hablar con el responsable de la Comisión Médica, ilustrísimo señor Mario Zorzoli (otro supermarqués), pulse dos –también puede facilitarle este contacto el doctor Eufemiano Fuentes–. Para reclamar los premios de cualquier carrera, pulse tres. Para tramitar la licencia de equipo UCI-Protour, pulse cuatro y le atenderán en tesorería –si no dispone de 9 millones de euros, ni se moleste–. Para pedir la organización de un Mundial, pulse cinco –hable antes con tesorería, pulse cuatro, y garantice un ingreso en efectivo de la tercera parte del presupuesto del campeonato–. Para cualquier otra consulta, espere tono y le atenderá uno de nuestros comerciales, perdón, operadores. Tu, tu, tu…». Contestador automático del teléfono de la desesperanza.