Yemen

Carta de una cooperante: Yemen de cómo una «micro-pulga» llegó a pulgón

En la consulta con uno de los niños
En la consulta con uno de los niñoslarazon

Llegué a Yemen el 26 de diciembre, después de celebrar unas bonitas Navidades con mi familia y amigos. Iba a trabajar a la zona noroeste del país, donde Médicos Sin Fronteras (MSF) lleva a cabo una intervención nutricional de emergencia debido al gran número de niños desnutridos que hay en la población. Miles de familias se vieron forzadas a desplazarse a la provincia de Haradh desde la provincia de Saada (frontera con Arabia Saudí) por culpa de la guerra interna que, desde agosto, una vez más (y van seis), enfrenta a las tropas del ejército y al grupo rebelde de los Al-Houti.En el programa cubrimos la población de los tres campos de desplazados de esta zona y de varios asentamientos que se han ido formando fuera de ellos: en total, alrededor de 35.000 personas. Tenemos cinco días de programa ambulatorio, en los que los niños vienen una vez a la semana y se les pasa consulta médica, los pesamos, los medimos y se llevan una ración de comida terapéutica para toda la semana. Para los casos más severos que no pueden hacer el tratamiento en casa, hay un centro donde se quedan ingresados hasta que la salud les permite seguir el tratamiento ambulatorio.El primer día que llegué al centro terapéutico conocí a Khaled, en el futuro más conocido como "el micro-pulga", un muchachito de casi cuatro meses y 2,3 kilos. Acababa de llegar y quedó ingresado. Con los niños menores de seis meses el tratamiento es distinto: ellos no pueden tomar todavía la comida terapéutica, así que lo que hacemos es estimular la producción de la leche materna y se le da suplemento nutricional a la madre. El suplemento de los niños es leche terapéutica que succionan a través de una sondita pegada al pezón de la madre. Así que ahí dejamos a Khaled y a su madre, entrenando…Mientras, iban surgiendo otras necesidades. MSF se ha hecho responsable de la atención básica de salud para el nuevo campo de desplazados que se está abriendo en la zona. De hecho, hemos construido el centro médico fuera del campo para que toda la población del área tenga acceso y no sólo los desplazados. El "micro-pulga"tenía muchas ganas de vivir y tanto él como su madre trabajaban duro a diario para conseguirlo, pero un día ganaba 40 gramos y al día siguiente perdía 20. Llevaba ya dos semanas ingresado y no terminaba de arrancar.Pasan los días...Empezamos a planificar la construcción del centro, a identificar personal, hacer entrevistas, enviar una orden internacional de medicamentos y material necesarios, etc. Vamos a abrir un centro con consultas externas, laboratorio, 40 camas de hospitalización, salud materna y reproductiva y salud mental. En zonas de conflicto y desplazados, el apoyo psicológico es una de las principales necesidades de la población en materia de salud. Mientras, Khaled sigue ahí, subiendo peso de 10 en 10 gramos, pero hoy ha pillado un poco de catarro y ha perdido 60. Ya ha pasado un mes desde que llegué, el centro está casi a punto y prácticamente todo el personal contratado, pero ¡uy!, ayer ha habido dos casos con sospecha de sarampión en uno de los campos, y hoy otros cuatro que parece que se confirman: ¡tenemos epidemia, señores! Pues manos a la obra, qué suerte que tenemos a todo el mundo dispuesto a trabajar. Montamos una vacunación masiva hasta los 15 años (la rutinaria se hace sólo hasta los cinco) y en una semana vacunamos a casi 8.000 niños gracias a la buena disposición de todo el personal, ya que están médicos, enfermeros y matronas vacunando, farmacéuticos, logistas y conductores haciendo registro… lo que haga falta para cortar la epidemia lo antes posible. "Micro-pulga"y su madre siguen intentándolo, pero después de probar todas las técnicas, posturas y trucos posibles, Khaled sigue sin coger peso adecuadamente, y la producción de leche de la madre, a pesar de haber mejorado, no es suficiente para alimentarle. Añadimos tomas de leche artificial y enseñamos a su madre cómo prepararla, pero le produce diarreas y pierde peso; así que cambiamos de marca comercial y parece que ésta sí que sí. Abrimos un nuevo centroA mediados de febrero, abrimos el nuevo centro y trasladamos el centro nutricional para que estén juntos; comenzamos con atención para niños y salud reproductiva, todavía no ha llegado la orden internacional y no tenemos medicamentos suficientes para abrir más. "Micro-pulga"viene cada 4 o 5 días a control y va ganando peso, no para de hacer muecas y se le está quitando la cara de abuelo con la que llegó. Ha pasado a estado de pulga.Después recibimos medicamentos de otro proyecto y empezamos la atención a adultos también. Cada vez tenemos más casos médicos ingresados, los primeros partos y alguna que otra emergencia que tenemos que trasladar al hospital más cercano. Khaled ha cumplido seis meses. Intentamos introducirle la comida terapéutica y comida local; la primera semana le cuesta, vomita cuando toma comida local, pero hay que intentarlo poco a poco. En cambio, se está tomando prácticamente toda la dosis de comida terapéutica que le toca al día. ¡Tiene mofletes y todo!Han pasado tres meses y se acaba mi tiempo en Yemen. Por una parte se han pasado volando, pero por otra me da la sensación de que ha sido un año por la cantidad de cosas que hemos hecho. Viene Khaled a control, ya no vomita, come un poquito de todo, ¡y pesa 3,6 kilos! Ya se ha hecho mayor... ¡se acabó el llamarle "micro-pulga", ya está hecho un pulgón! Puede pasar al programa ambulatorio y seguir creciendo y engordando como le correspondería a cualquier niño de su edad.Me voy para España, cansada pero contenta, con un montón de experiencias vividas que según pase el tiempo irán dejando su poso en mi futuro… ¡Muchas gracias por esta oportunidad de contarlo, y hasta la próxima! Me gustaría dedicar esta carta a todas las personas que están trabajando en proyectos nutricionales y ayudan a que niños como Khaled no crucen la débil línea que separa la vida y la muerte. Y dedicarla también a todos los niños que, a pesar de todos los intentos, la terminan cruzando… ¡Seguiremos luchando para que no tenga que ocurrir nunca más!