Los Ángeles
El efecto contagio de Soderbergh
Una epidemia amenaza acabar con el mundo . El nuevo filme del cineasta es apocalíptico y real como la vida misma
Una angustiosa carrera contra el tiempo para frenar una temida y desconocida epidemia global es la que plantea Steven Soderbergh en «Contagio», una película sobre la inquietante pesadilla de la propagación de un virus pandémico, protagonizada por una constelación de estrellas como Jude Law, Gwyneth Paltrow, Kate Winslet y Marion Cotillard, entre otros. Los personajes, que se van infectando a un ritmo frenético, consiguen crear al mismo tiempo una enorme ansiedad en el espectador. «Contagio» repasa, uno a uno, todos los elementos reales de la reciente epidemia causada por el virus A H1N1 que sacudió el año pasado al planeta. El cineasta, quien en marzo anunció que se retiraba con las consiguientes reacciones contrarias del mundo del cine, confesó desde Los Ángeles que se trata sólo de una «temporada de descanso» que se tomará tras los dos filmes que prepara y que fue una broma de su buen amigo Matt Damon, presente también en el filme.
-En principio, no parece éste un filme que pueda interesarse a un director como usted..
-Tenía en mente otro proyecto, pero cuando leí el guión de Scott Z. Burns lo dejé. Era el momento perfecto para el filme. Además, tuvo un efecto dominó porque todos los actores protagonistas se sumaron de forma inmediata nada más hojearlo. Hablamos de una reacción en cadena: cuando llegó a Warner el guión entendieron que una cinta de corte realista como ésta era la que teníamos que rodar. Nadie lo dudó, porque estaba pegado a la actualidad, teniendo en cuenta lo que ocurrió hace dos años con la Gripe A.
-¿Le afectó el tema?
-No sé si mi actitud ha cambiado. Ahora soy más consciente de pequeños detalles, como tocar los micrófonos o las grabadoras. Durante la realización de la película una persona me pasó un tubo de bálsamo para los labios y antes de usarlo limpié el tubo porque no quería ponérmelo en la boca sin pasar un pañuelo antes. Soy bastante más consciente del medio ambiente que me rodea a partir de este trabajo. Personalmente creo que el filme afecta a todo aquel que lo ve. Yo me he vuelto un poco más hipocondríaco.
-¿Está contento con el resultado?
-La única regla que me fijé era no llevar a los personajes a un lugar al que no pertenecieran. Estábamos haciendo un filme a gran escala, épico, pero al mismo tiempo íntimo. Todas las escenas en la que se habla del virus tenían que resultar verídicas. Por ello cuidamos especialmente el debate científico.
-¿Cómo se puede concebir una película que sea épica e íntima al mismo tiempo?
-He partido de una historia simple en la que cada secuencia debía tener un propósito dentro del conjunto. Rodé toda la película con dos lentes, y cuando miras cada escena te das cuenta de que el estilo es realista, de documental. No he necesitado rodar muchas secuencias de una misma escena, además es algo que no me gusta; repetir no va conmigo. El trabajo más intenso se ha desarrollado en la sala de edición porque no quería perder metraje. Cada imagen significa algo y tiene su razón de ser.
-Sorprende la cantidad de estrellas que ha logrado reunir...
-La compleja naturaleza de la obra fue lo que las atrajo, un elemento particularmente importante. Siempre es un reclamo para el público contar con un reparto en el que abundan grandes nombres. Es una gran ayuda. Cuando leyeron el guión no lo dudaron. Supe entonces que iba a hacer la película que debía.
-«Contagio» podría considerarse una cinta al servicio del público con un mensaje sencillo y contundente: «Lávese las manos más a menudo».
-Una vez que uno empieza a pensar en ello es imposible no obsesionarse con los gérmenes. Como le he dicho, ahora lo hago con bastante más frecuencia que antes.
-Su carrera se nutre tanto de títulos independientes como de cintas comerciales. ¿Con qué cine se siente más cómodo?
-Con el independiente, aunque hace unos años lo pasé mal con «Che» porque fue un trabajo durísimo; tanto, que cuando acabé me sentía dichoso por no tener que enfrentarme más con una película así. Fue un proyecto soñado, pero tuvimos muy poco tiempo para realizarlo. Respiré cuando lo dejé atrás. Además, me tomo el trabajo como un deporte:reacciono y decido de forma bastante rápida.
-¿Hollywood le trata bien?
-Me permiten rodar los proyectos que quiero, pero me gusta que jueguen limpio conmigo. Deseo tener una visión clara de cómo va a desarrollarse todo el proceso antes de involucrarme en uno. No puedo olvidar que un estudio me canceló una película tres días antes de que empezara a rodar.
El detalle
LA BROMA DE DAMON
El bromista de Matt Damon parece que le jugó una mala pasada cuando dijo en el Festival de Venecia que Steven Soderbergh se retiraba del cine. Era una broma, pero trascendió. Su amigo el cineasta no se lo tuvo en cuenta. Les une una buena relación desde hace años: «Tiene la habilidad de desaparecer dentro de sus personajes. Lo hace desde que comienza un rodaje. Es un actor estupendo con el que resulta imposible no sentirse bien», asegura Soderbergh. Cuando Paltrow, Jude Law y Kate Winslet se sumaron al proyecto, el director de «Sexo, mentieras y cintas de vídeo» sabía que tenía que trabajar con ellos siguiendo su método habitual. «Les dejé que crearan sus personajes y les suministré toda la información que necesitaban para ello. Yo no les ayudé a crearlos», declara, al tiempo que confiesa que en su carrera sólo ha tenido problemas con un actor (del que no quiere revelar su identidad).
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