Cruz asegura que la reorganización de Cultura no supone una merma de calidad

MURCIA- La cuenta atrás para el comienzo de los nuevos institutos de la Cultura y el Turismo finalizará el próximo 1 de enero, cuando «la fórmula de gestión más avanzada que hay a nivel nacional e internacional» inicie su nueva andadura, señaló Pedro Alberto Cruz, consejero de Cultura y Turismo. Son órganos de gestión mixtos, con autonomía propia y «con una forma de funcionamiento más amplia», es decir, una manera avanzada de «empresa pública». La nueva reorganización «no supone una merma para la Consejería, sino mayor agilidad y capacidad de gestión y producción de proyectos», subrayó el consejero. Este modelo, que no tiene implícito el matiz del ahorro aunque «viene como consecuencia», busca hallar un método más vanguardista de trámites.

Asimismo, Cruz fecha en el primer semestre de 2013 el inicio de la nueva Ley de Turismo, una normativa «liberalizadora, flexible y hecha a imagen y semejanza de las necesidades del empresariado», describió el consejero, quien indicó que su tramitación concluirá a principios de año y tendrá como objetivo «la innovación y facilitación de la inversión».

El mecenazgo va adquiriendo tintes de protección de la cultura. Una labor que se encuentra a caballo entre lo público y lo privado, donde la idea es sustituir la subvención directa por desgravaciones fiscales. Las administraciones han pasado de conceder dinero para financiar cualquier proyecto a otorgar la posibilidad -a empresas y particulares- de pagar menos impuestos por llevar a cabo la actividad cultural. El Ejecutivo murciano apuesta por esta idea de supervivencia «para reconstruir lo que se haya destruido y preservar lo que todavía se conserva del tejido cultural», indicó el titular de Cultura y Turismo. Con el objetivo de obtener la viabilidad de asociaciones y colectivos culturales, la Consejería estudia la puesta en marcha del segundo proyecto de micromecenazgo para financiar con la cantidad recaudada a estas corporaciones. Junto a esta iniciativa, y con el fondo marcado por los recortes presupuestarios, Cruz apuntó que para el próximo curso «queremos diseñar conjuntamente con los colectivos culturales y con las administraciones locales un mapa de recursos de lo que tenemos en infraestructuras, equipamientos, en bienes muebles e inmuebles para que podamos hacer todos uso de ellos y hacer programación sin costes de alquiler». En este sentido, la primera edición, que terminará a final de año, lleva recaudado 70.000 euros, debido a los mecenas que con sus aportaciones posibilitan el sostenimiento del patrimonio cultural de la Región.

Del mismo modo, la edición 2013 del festival SOS 4.8 mantiene la buena salud de años anteriores: «Es un fenómeno social en toda regla», remarcó Cruz. Esta afirmación se pudo contrastar el pasado lunes cuando se pusieron a la venta 1.300 entradas que se vendieron en media hora. El proyecto, que organiza la propia Consejería, ha reducido dos tercios su presupuesto, mientras que El Cante de las Minas o el Festival de Jazz de San Javier están subvencionados por el departamento «porque nos obliga la ley», subrayó. Asimismo, «nosotros no podemos llegar a todo el mundo ni en los mismos términos que lo hacíamos antes; primero hay que salvaguardar la viabilidad de aquellos inmuebles que gestiona la Comunidad y luego, en la medida que sea posible, apoyar los proyectos y festivales que organizan otras administraciones», acentuó. No obstante, aseguró que «nos dejaremos la piel en la captación de fondos extrapresupuestarios para estos festivales que no pueden desaparecer».

Para el consejero Cruz, la mala gestión del Museo de la Catedral ha sido la causante de su cierre temporal, aunque su reapertura se producirá a principios de año cuando acepte los 100.000 euros que hay asignados para tal fin. Sin embargo, criticó la situación económica del edificio, ya que «ningún museo nos ha planteado estos problemas», lamentó Cruz. Y tachó de «inaceptable» que el gasto de conservación del Museo de la Catedral sea más elevado que el Archivo General o el Museo de Bellas Artes. «Hay que redimensionar como hemos hecho con todo, y se puede», apostilló.

El consejero de Cultura, afirmó que para el próximo año se anota como objetivos la accesibilidad de «la cultura para todos» y el estado de «normalidad» en los centros culturales que supervisa, sin dejar de apostar por unos mínimos de calidad en los proyectos que se vayan a desarrollar, con el fondo marcado por «la economía de guerra que estamos», matizó.