Tokio
El FMI pide acelerar la unión bancaria y utilizar ya el MEDE
Lagarde cree que el recorte del déficit público debe tener un ritmo distinto en cada país de la zona euro
MADRID- La Asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial concluyó ayer en Tokio con la recomendación de utilizar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y el programa de compra de deuda soberana anunciado por el Banco Central Europeo, así como alcanzar en un plazo más breve posible la unión bancaria en Europa.
Éstas son las conclusiones del Comité Monetario y Financiero (IFMC), un órgano asesor de la junta de gobernadores del FMI, que ha urgido a los gobiernos de la eurozona a aplicar políticos para asegurar el cumplimiento de los objetivos de déficit «de manera creíble» y a incrementar el crecimiento económico y la creación de empleo.
Ritmo reformista
Christine Lagarde, directora general del FMI, comprometió al organismo en la lucha para «superar el bache global, especialmente en la eurozona, para que en la próxima reunión de primavera podamos revisar los progresos logrados».
Lagarde volvió a insistir una vez más en la necesidad de que el ritmo necesario de las reformas y del proceso de consolidación fiscal en las economías más castigadas de la Unión Europea se haga país por país, aunque ello suponga un desencuentro entre la institución que dirige y alguno de los grandes pesos pesados de la eurozona, en clara referencia a la posición mantenida por la canciller alemana, Angela Merkel.
Tokio ha sido estos días el centro neurálgico de la economía mundial y también un escaparate donde publicitar las reformas realizadas y los logros obtenidos desde el inicio de la crisis económica. Al respecto, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, señaló ayer que las perspectivas económicas para la zona euro son hoy menos negras «que a principios de este año». El dirigente italiano se mostró satisfecho por los avances en la recapitalización de los bancos europeos, entidades que han demostrado ser «bastante resistentes».
Draghi también puso de manifiesto la relativa tranquilidad que viven los mercados, que «parecen menos volátiles», señaló, gracias al programa de compra de deuda anunciado por el BCE, que aún no se ha aplicado. No obstante, también justificó la actual situación de calma financiera en los «progresos nacionales y europeos».
El presidente del BCE avanzó que el mecanismo único de supervisión bancaria europea no se activará hasta 2014, y recordó que en enero del año que viene entrará en vigor el marco regulador para el organismo. Para que esté en marcha, hará falta «aproximadamente un año», señaló Draghi.
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, se alineó con el presidente del BCE y señaló que «hemos avanzado un largo camino y fortalecido nuestro gobierno económico». Rehn instó a los países a «mantener el ritmo de las reformas y la consolidación fiscal» como vía para lograr una «confianza duradera.
El precipicio fiscal de EE UU
El Comité Monetario y Financiero (IMFC) del FMI también marcó como otra «prioridad inmediata» resolver el llamado «precipicio fiscal» previsto en EE UU para principios de enero, momento en el cual se activarían unos considerables recortes del gasto público y subidas de impuestos si el Congreso no logra alcanzar un acuerdo al respecto, informa Efe.
La necesidad de aumentar el techo de deuda pública para permitir que el Tesoro estadounidense pueda emitir o contraer un mayor nivel de deuda es la otra gran tarea de cara a no minar el crecimiento ni la tímida recuperación de la primera economía del mundo. Actualmente, el límite son 15,2 billones de dólares tras la ampliación de julio de 2011.
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