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La Razón
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Acabo de leer una noticia en un medio extranjero que me ha llamado mucho la atención. El titular decía: «Zapatero nombra a su sucesor y refuerza su control del partido para gestionar la crisis de deuda». Se lo estarán preguntando pero no, de verdad que no es un chiste si bien, como sabemos todos, la realidad es exactamente contraria a este titular. Al presidente Rodríguez Zapatero le han impuesto un sucesor, ha perdido el control de su partido y la inoperatividad de su Gobierno pone en serio peligro la estabilidad de la economía española y nos aboca a una innecesaria agonía.

Se justifica la agonía en que es preciso acabar el proceso de reformas, pero ¿que reformas? Ha habido recortes, sí, los impuestos por Bruselas, pero al margen de la tardía, eterna e inacabada reforma del sistema financiero, en España no se ha hecho la más mínima reforma con posibilidades de dinamizar nuestra moribunda economía.

Culminado el proceso electoral el 22 de mayo, los socialistas han entrado en un proceso de reflexión demostrando que han captado el mensaje de las urnas. Lo más importante que hay que hacer en España es la reorganización del PSOE. Proceso del que sale un impulso renovador, aire fresco lleno de esperanza para el futuro, un auténtico motor de cambio y transformación para España en la figura del vicepresidente Rubalcaba. Por fin se podrá culminar el proceso de reformas, atajar la crisis de deuda y generar confianza.Será inútil repetirlo, pues inútil ha sido el clamor de los españoles, pero la única recuperación posible en España tiene que venir de un cambio político nacido de las urnas. Un nuevo Gobierno con la confianza de los españoles para poner en marcha las reformas que precisa nuestra economía. Hasta entonces, a sufrir.