OPINIÓN: Sueldos

Asisto perplejo desde mi atalaya irreflexiva –que no irracional- a una serie de hechos y noticias, tan disparatados, tan demostrativos de que la mente humana no evoluciona, se recrea en dar vueltas a un mismo círculo que, por el excesivo uso, se ha vuelto vicioso. Muchos son, y muchas las llamadas a mi atención para que me centre en ellos. Tiempo habrá para ir desgranándolos pero, ahora, me voy a ocupar de uno vergonzoso e inmoral, a mi entender.
Consejos de Administración, sueldos –no desmentidos-, prebendas, gabelas, ingresos cuantiosos devenidos de la pertenencia a un sindicato (me da igual si es un partido o la cofradía del morro) como único mérito, como único aval para justificar el cobro. Lo que no me da igual, aparte del sistema de elección, es que esos dineros cobrados provengan de entidades públicas (al menos así eran antes las Cajas de Ahorros, o como se llamen ahora), a las que todos hemos «salvado», entre otras cosas de esos gastos, con nuestro dinero; las que te cobran hasta por respirar, y las que te piden un 11 por ciento -si te bendicen con un crédito- cuando a ellas se les exige el 1 por ciento.
Es inmoral cobrar ese sueldo por el «carnet» (15 mileuristas tendrían para un años y todavía sobraría para cervezas). Y también es inmoral –no digo que ilegal- argumentar en defensa del hecho (tras rasgarse ofendidos previamente las vestiduras) que todo se ingresa en el sindicato, partido o asociación. ¿Por qué debemos contribuir nosotros al mantenimiento de algo a lo que no pertenecemos?
Por cierto, ¿estarán esos sindicalistas consejeros liberados mañana, 24 de febrero, rompiendo cacerolas delante del Banco de España? A lo mejor puede que sí, porque su mano izquierda no se entera de lo que cobra su derecha, y la corbata para las ocasiones. Por eso, a mí me parece todo esto inmoral no ético y antiestético, amén de otras cosas que callo por pudor.