La Duquesa de Alba y Alfonso Díez se casan en septiembre

Han pasado escasos días desde que la Duquesa decidiera repartir su herencia y ahora, tenemos más claro que nunca, que lo hizo para allanarse el camino hacia el altar. Una vez salvaguardado el patrimonio, el 'sí quiero' está cada vez más cerca.

Cayetana de Alba y Alfonso Díez disfrutan de su último verano como solteros. La pareja ha gozado de una romántica estancia en San Sebastián, con escapada a los toros en Santander incluída.

Ahora, tal y como anuncia la revista Semana, a la vuelta de su descanso estival, finales de septiembre o principios de octubre, la Duquesa contraerá matrimonio con su novio en la pequeña capilla del palacio de Dueñas, salvo cambios de última hora.

El secreto mejor guardado de toda novia, el vestido nupcial, podría ser diseñado por los andaluces Victorio y Lucchino, amigos íntimos de Cayetana. Todo indica que el enlace será muy discreto, con una celebración íntima a la que acudirá solo la familia más cercana.

En principio, el sacerdote encargado de oficiar la boda será Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, párroco de la iglesia sevillana de La Asunción e íntimo amigo de la Duquesa. Además, ya se ha confirmado que los seis hijos de la futura novia acompañarán a su madre en el gran día.

Finalmente, Semana también desvela que, una vez casado, Alfonso adquirirá el título de nuevo Duque de Alba consorte y, actualmente, está barajando la posibilidad de abandonar su trabajo de funcionario para instalarse en Dueñas, donde su novia quiere vivir una vez casados.
Pero antes, tiene que haber luna de miel. ¿Dónde? Todo apunta hacia las paradisíacas playas de Tailandia.

Bertín Osborne será abuelo por partida doble
Ni uno, ni dos; Bertín Osborne será abuelo por partida triple. Sus hijas Alejandra y Eugenia se han quedado embarazadas a la vez. La primera, que ya tiene un niño de casi cinco años, Santiago, será mamá de mellizos. La segunda será madre por primera vez. Ambas comparten con emoción y felicidad la llegada de sus respectivos bebés.

En una entrevista para la revista '`Hola!', las dos hermanas han expresado la ilusión que sienten al ser madres. Mientras Alejandra se encuentra embarazada de dos meses y medio, Eugenia ha asegurado estar de pocas semanas.

Por un lado, Alejandra ha relatado que el niño era muy deseado, aunque, en el fondo, "esperaba uno, `no dos!". El hecho de pasar de un hijo a tres le agobia un poco, pero tanto a ella como a su marido Quino les agrada la idea, ya que siempre han pensado que su hijo Santiago necesitaba tener hermanos en casa.

Por su parte, su hermana Eugenia, que se casó en abril con Juan Melgarejo, ha manifestado que la llegada de su primer hijo ha sido una "muy grata"sorpresa. Aunque le invaden los miedos como toda madre primeriza, espera cuidarse y contar con la ayuda de su familia. Por ahora, Eugenia ha confesado estar "muy cansada"y tener "alguna que otra náusea", pero lo va sobrellevando.

Tal y como han expresado ambas hermanas, el cantante, actor y presentador Bertín Osborne se ha puesto "contentísimo"con la próxima llegada de sus nietos. De hecho, en el caso de Alejandra, fue él el primero al que llamó su hija para darle la nueva, antes que a su marido. Mientras ella "lloraba del susto", a Bertín le dio un ataque de risa y sólo repetía "`qué bien, qué bien, qué bien!".

Dos semanas después de conocer esta noticia, Eugenia se enteró de que también estaba embarazada. En su caso, llamó primero a su hermana Alejandra, quien no paraba de reír y de gritar de alegría, y después se lo dijo a su padre, que le señaló lo bien que se lo pasarían dentro de unos años sus hijos y los de Alejandra dada la poca diferencia de edad entre ellos.

Ninguna de las dos hermanas han declarado cuáles serán los nombres que llevarán sus hijos ni quiénes serán sus padrinos. No obstante, han asegurado que ambas tienen muy presente el recuerdo de su madre, de la que confiesan haber aprendido "muchísimo". Por el momento, las dos se mantienen asimilando los cambios a los que tendrán que hacer frente en los próximos meses, todos ellos, "buenísimos".

Carmen Thyssen: «Si Borja volviera a casa le diría "bienvenido"»
La baronesa Carmen Thyssen ha celebrado su santo y el de su hija Carmen en una jornada veraniega a bordo de su barco Mata Mua y en los jardines de Mas Mañanas, su casa en la Costa Brava. Pero lo único que le falta para completar su felicidad es su hijo Borja.

En una entrevista a la revista 'Lecturas', Tita ha explicado cómo vive la procesión de los marineros del Día del Carmen de Sant Feliu de Guíxols (Girona). Aunque en esta ocasión no ha podido salir a navegar con su barco dada la "mala mar", la baronesa ha contado cómo en su día a su marido Heini y a su hijo les hacía ilusión comprar su yate, que fue decorado por ella misma y para el que se inspiró en Marco Polo.

Para ser feliz y optimista Carmen procura "tener buenos pensamientos", así como hacer las cosas que considera que son correctas. "Uno recibe lo que cultiva", ha asegurado al tiempo que ha señalado que se siente muy querida por la gente.

La baronesa también ha destacado la tenacidad con la que su marido y ella lucharon para que la colección Thyssen se quedara en España. También ha explicado la importancia que tiene la colección que lleva su nombre y que se encuentra valorada en 800 millones de euros.

En cuanto a las negociaciones con la ministra de Cultura, Tita ha señalado las buenas relaciones que ha mantenido con la misma hasta ahora y, aunque no desea hablar de política, Carmen ha insistido en que lo único que le importa es el arte. "Está por encima de todo", ha recalcado a la vez que ha señalado que nunca pensó en que sería coleccionista de arte.

Sin embargo, la baronesa no ha querido pronunciarse sobre su maternidad mediante un vientre de alquiler y se ha limitado a decir que sus hijas, Carmen y Sabina, que acaban de cumplir los cinco años, le hacen "muy feliz".

No obstante, Tita echa en falta a su hijo Borja, que le ha demandado para que le entregue dos cuadros que él considera herencia de su padre. A su parecer, su hijo está mal aconsejado. Aunque llevan seis meses sin hablar, si hoy pudiera hablar con él, ella le diría "bienvenido".