Barcelona

«El problema del PSC no es de personas es de desgaste y de un partido en crisis»

Trias señala que las primarias «son un cambio de nombres y los ciudadanos piden un cambio de modelo» 

 
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–¿Cree que las primarias socialistas les perjudican?
–Nos restan visibilidad. No negaré que el foco de atención está centrado en Tura y Hereu. Ahora, no se lo cambio. Es la constatación de una situación de mal funcionamiento, desprestigio y confusión dentro del PSC. Tura no se presenta contra un candidato normal, lo hace contra el alcalde de Barcelona, que además es presidente de la Federación de Barcelona. Y con el visto bueno del partido. Hay quien cree que el PSC así puede ganar, pero las primarias sólo demuestran que el partido sufre una grave crisis interna.

–Sin embargo, las encuestas dan a Tura un mejor resultado que a Hereu. ¿Una victoria de la ex consellera obligaría a cambiar su estrategia?
–No, vamos a seguir la línea que nos marcamos hace ya ocho años. Sabemos qué queremos y qué estilo queremos marcar.

–¿Con quién preferiría enfrentarse?
–En los últimos años he lidiado en el pleno con Hereu y hace años que conozco a Tura, juntos pusimos en marcha el hospital de Palamós. Si he de elegir, espero que las primarias acaben bien para mí.

–Parece que Hereu va a utilizar su condición de barcelonés ¿Considera original que Tura no viva en Barcelona?
–La guerra del PSC no es de personas, los socialistas se enfrentan a un problema de desgaste. Las estrategias que estamos viendo estos días no son pensando en Barcelona, lo son para encarar el próximo congreso del PSC. Por eso tenemos la extraña situación de que una persona que no tiene nada que ver con Barcelona, se presente para ser alcalde como si fuera un paracaidista que cae del cielo. Es original, aunque tengo la impresión de que quiere posicionarse de cara al futuro congreso.

–¿La novedad de Tura puede contrarrestar un modelo tan agotado como el del PSC?
–Ella es el modelo agotado. Tura ha participado en la catástrofe del tripartito, se ha presentado de número dos en las autonómicas, y ha sufrido un fracaso estrepitoso. La gente pide un cambio, no quieren que sigan mandando los mismos. Y un cambio de nombre no es suficiente.

–¿El PSC no ha logrado reinventar su modelo de ciudad?
- No, los últimos cuatro años han sido especialmente duros para Barcelona. No externamente, porque Barcelona es una marca de prestigio y reconocida internacionalmente, pero entre los ciudadanos se respira una gran decepción y desilusión con el Ayuntamiento. En vez de remontar, el PSC ha ido a peor, la muestra es la situación de desafección cada vez más grande de los barceloneses hacia sus gobernantes.

–¿Con qué modelo de ciudad pretende recuperar Xavier Trias la ilusión y la confianza de los ciudadanos?
–Con una apuesta diferente de gestión. Creemos en la excelencia, la autocrítica y la austeridad. Tenemos que racionalizar los gastos del Ayuntamiento, luchar contra el paro, apostar por la creatividad, la educación, la excelencia y la investigación. Todo, sin olvidar los servicios, desde la limpieza a la seguridad o la atención social.

–En las pasadas elecciones autonómicas todos los barrios votaron a CiU excepto Nou Barris, ¿se puede repetir este resultado?
– Las dinámicas son diferentes, pero en este momento soplan aires de cambio. El resultado de las catalanes marcan una tendencia, pero no los resultados.

–¿Cómo se conquista un bastión socialista como Nou Barris?
–Trabajando, es el método más efectivo para conocer a los vecinos y saber qué les preocupa. Solo así se puede criticar con sentido común y ganarse la confianza de la gente. Hay una cierta intencionalidad de los socialistas, malévola, de decir que si CiU gana no se ocupará de según qué distritos. Y lo dicen porque lo han hecho.

–Hereu presume de tener unas cuentas saneadas, ¿es cierto?
–No. El Ayuntamiento gasta más de lo que ingresa. Tiene un déficit corriente y no porque invierta mucho. Esto en una familia sería la ruina. Por eso la Generalitat nos obliga a hacer un plan de estabilidad económico y financiero para frenar el déficit corriente. En 2011, 2012 y 2013, se tendrán que frenar las inversiones. No es una situación para tirar cohetes, la verdad.

–Ya hemos visto los primeros enfrentamientos entre el Ayuntamiento y la Generalitat por las plazas de Mossos o la L9 del Metro...
–Es patético que los que han creado esta situación, ahora critiquen a Artur Mas, cuando en siete años han estado callados. ¿Sabe que el tripartito firmó con el Ayuntamiento que harían 10 centros sociosanitarios, y por el momento, sólo han empezado dos? Hay que poner sentido común a este desaguisado.

–¿La seguridad en Barcelona pasa por tener más agentes?
–Necesitamos más Mossos, pero también más acciones preventivas. Cuando hay pobreza y situaciones límites, hay más robos. Evitarlos pasa por ayudar a la gente a encontrar un trabajo, por ejemplo. El alcalde tampoco puede olvidar que como presidente de la Junta de Seguridad Local tiene que ejercer el liderazgo.

–Ahora que las encuestas le sonríen, el hecho de ir a votar el 10 de abril en la consulta soberanista, ¿cree que le puede restar apoyos?
–No, la gente ya sabe que si hay consulta iré a votar, aunque no me guste la fecha porque estaremos a las puertas de la campaña y una consulta así, sólo hace que distraer.

–¿Incluirá la reforma de la Diagonal en su programa electoral?
–La Diagonal se estropeó poniendo un carril bici en el espacio sobre las aceras. Hay que ampliarlas y hacer un carril bici segregado. Lo estudiaremos y buscaremos la manera técnica de hacerlo, teniendo en cuenta la situación económica difícil.

–Para que las encuestas no cambien, ¿harán una campaña, parecida a la de Mas, en positivo y sin entrar en debates agresivos?
–Será una campaña amable, no diferirá demasiado de lo que hemos hecho otras veces, no vamos a inventar nada diferente, hace ocho años que estoy en esta historia y siempre he sido igual. Está también lo será y no nos dedicaremos a tirarnos los trastos por la cabeza. Haremos crítica cuando toque e intentaremos que la gente vota otros colores, que Barcelona necesita un cambio y hace falta sumar esfuerzos.