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Canarias deja de ser el destino idílico por la falta de vuelos desde El Prat

Canarias deja de ser el destino idílico por la falta de vuelos desde El Prat
Canarias deja de ser el destino idílico por la falta de vuelos desde El Pratlarazon

BARCELONA- Las Islas Canarias se han convertido en uno de los destinos favoritos de los españoles en cualquier momento del año, pero sobre todo en fechas señalas como la Semana Santa, la Navidad o los carnavales. Las óptimas condiciones climáticas así como el precio más que asequible de los billetes de avión han sido siempre un buen reclamo para el turismo, tanto nacional como extranjero. Así, por ejemplo, en Tenerife el 2011, año en el que fue la isla canaria más concurrida por los turistas, concluyó con la visita de 1,3 millones de españoles, lo que representa un 25,7% de los turistas que recibió ese año. Sin embargo, esa tendencia podría estar cambiando.

El cese de la actividad el pasado 27 de enero de Spanair, que tenía una cuota del 30% en Canarias, ha reducido considerablemente la frecuencia de los vuelos entre el archipiélago y la Península, lo que ha provocado una descompensación entre la oferta y la demanda y un incremento del precio del billete, que, según estimaciones de Barceló Viajes, rondaría el 50% e incluso el 100%, según el momento en hacer la reserva.

Alternativas imaginativas
Esta situación es evidente en los vuelos que conectan El Prat, donde Spanair tenía su base, y el archipiélago canario. Así, si el año pasado viajar desde Barcelona a Fuerteventura en Semana Santa podía suponer un desembolso de unos 200 euros comprando el billete con un mes de antelación, en la actualidad esa misma ruta y para las mismas fechas supondría pagar unos 460, y con unos horarios de vuelo infernales.

Algo similar sucede con Lanzarote. En este caso, es necesario el ingenio para hallar alternativas económicas en tiempo y dinero para llegar a la isla desde Barcelona. Y es que el vuelo más barato que se podía encontrar casi con un mes de antelación supone un gasto de unos 692 y una inversión en tiempo de unas 24 horas y media. Con lo que al final, lo más práctico resulta ser viajar desde El Prat a Sevilla para allí coger un avión a Lanzarote, por unos 400 euros y siete horas de viaje.

La explicación a que existan tantas dificultades es que, pese a que el resto de compañías que operan en El Prat trabajan por asumir las rutas y frecuencias de Spanair, aún queda un vacío importante. Algunas estimaciones cifran este desnivel en unas 25.000 o 30.000 plazas, lo que ha generado un descompensación entre la oferta y la demanda. A nivel nacional ese decalaje se traduciría en que, pese al aumento de frecuencias y rutas de Vueling, Iberia y Ryanair, la oferta actual representa cerca del 80% de vuelos y plazas que en su momento ofertaba semanalmente Spanair
Vueling y Ryanair son las dos compañías que por ahora han hecho un mayor esfuerzo, planificando su temporada de verano, que arranca hoy, con las miras puestas en cubrir el vacío. Así, Vueling incrementará las frecuencias de los vuelos desde Barcelona al archipiélago, que en el caso de Gran Canarias pasará de cinco a siete vuelos semanales y otros tantos a Tenerife, y tiene previsto poner en marcha la ruta Barcelona-Lanzarote, con cuatro vuelos a la semana, en los meses puramente estivales. Por su parte, Ryanair, la única compañía que hoy ofrece la posibilidad de volar sin escalas desde El Prat a Fuerteventura y Lanzarote, ha pasado de los seis vuelos (ida y vuelta) semanales programados entre la capital catalana y Gran Canaria a nueve, y de seis a ocho ha incrementado los viajes a Tenerife.

 

Las leyes del mercado
Hay quien ha querido ver en el aumento de los precios a Canarias una actitud oportunista, pero las aerolíneas y otros agentes como la Associació Catalana d'Agències de Viatges (Acav) aseguran que se debe exclusivamente a las leyes del mercado. «Es una cuestión de oferta y demanda, en tan poco tiempo no es posible cubrir el hueco dejado por Spanair», afirman desde Vueling y recuerdan que «nuestra máxima competidora en El Prat es Ryanair, cuyo principal recurso son los bajos precios, con lo que no nos interesa que los billetes estén excesivamente caros». Y es que, «el turista mira sobre todo el precio, es su prioridad», asegura Martí Sarrate, vicepresidente de la Acav.