España

El circo acuático

La Razón
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Aproveche este puente y venga a Figueres. El Circo Acuático ha clavado allí su carpa hasta el domingo. Día que pasa, más claro está que el circo rancio, durante tantos años hegemónico en España, ya es, prácticamente, historia. Va ganando terreno el de calidad: el desafío a las leyes del equilibrio y la gravedad, ambientado con más de cien elegantes vestidos, una música exquisita y la luz como culminación de un atmósfera regada por 50.000 litros de agua.
El clima va creciendo conforme avanza el espectáculo. Son 35 artistas, la mayoría del circo de la China, ejecutando 16 números diferentes, algunos nunca vistos, como el de las contorsionistas sujetadas en posición vertical a una barra, solamente con la boca, y formando una columna humana ilustrada con el girar de un pañuelo en cada una de sus manos. O los 5 acróbatas, que saltan cuatro dobles aros creando, cada uno de ellos, figuras aéreas diferentes. Encantadoras las pirámides humanas, tan caras de ver hoy en día.
Y entre tanta sensibilidad y destreza, acrobacia dentro de ruedas gigantes; prestidigitación con diávolos; pelotitas evolucionando en un muro triangular; trapecio, tela y pértiga giratoria impulsada por una moto acuática; platos danzando sobre cañas; burbujas llenando todo el recinto, y, como no, unos payasos más que correctos. ¡No deje que se lo cuenten!