Europa

Bruselas

Europa da la razón a los mineros y la Junta y extiende las ayudas hasta 2018

Menos da una piedra. Ésta es, haciendo uso del amplio y variado refranero castellano, la sensación que ahora misma se encuentra instalada entre los mineros de España, en general, y de Castilla y León, en particular. Satisfechos, sí, pero no del todo.

Un minero se dirige a la entrada de la mina «La Escondida» en la localidad leonesa de Villablino
Un minero se dirige a la entrada de la mina «La Escondida» en la localidad leonesa de Villablinolarazon

Y es que el sector de la minería, que da trabajo a más de ocho mil personas en nuestra Comunidad y a cien mil en toda Europa entre personas que trabajan en minas y en empresas relacionadas, está atravesando uno de sus peores momentos, y todo lo que rodea al carbón en estos momentos huele a podrido, a cierre, y a futuro incierto. Al sector minero no solo le dan por muerto en esta tierra sino que le quieren dar la puntilla, y cuanto antes mejor. La noticia se ve entre los mineros como un balón de oxígeno que sirve para coger aire durante un tiempo, pero nada más. Los mineros siguen insistiendo en que el sector lo que necesita son incentivos que apuesten por el carbón autóctono y refloten y hagan más competitivas las cuencas mineras, y no ayudas al cierre de las explotaciones.

Pero la decisión que se tomaba ayer en la sede la Comisión Europea en Bruselas de extender las ayudas a las minas de carbón menos competitivas hasta 2018, cuando en un principio había puesto coto a estos subsidios en 2014, no solo da la razón a los mineros de esta tierra y a la Junta, que llevan tiempo defendiendo a un sector que agoniza pero que no arroja la toalla, sino que les da la vida y ahora ven la botella medio llena en lugar de medio vacía. «Era lo que demandábamos y lo que veníamos solicitando desde hace tiempo», destacaban ayer en el PP.

El nuevo texto, que se ratificará mañana en el seno del Consejo de Competitividad de la UE, alargará las ayudas hasta dentro de ocho años, si bien, éstas deberán seguir una trayectoria descendente según se vaya acercando la fecha final. Al respecto, los 27 acordaron que éstas deberán reducirse un 25 por ciento en 201; un 40 por ciento en 2015; un 60 por ciento en 2016; y un 75 por ciento en 2017, para desaparecer definitivamente en diciembre de 2018.

En los últimos tiempos, las subvenciones que se otorgan desde la Europa de los veintisiete al sector de la Minería han ido cayendo poco a poco. Si en 2003 se destinaron 6.400 millones de euros, hace dos años la cantidad no llegó a los tres mil millones. Dinero que fue a parar en su gran mayoría al noroeste de España, a la cuenca alemana del Ruhr y al rumano valle del Jiu. Con esta nueva prórroga, España, Alemania y Rumanía vuelven a ser los países que salen mejor parados.

Unidad
Desde el PP y la Junta recordaban que la ampliación de estas ayudas no es fruto de la casualidad, sino de la unidad de varios países y regiones europeas en defensa de un sector al que le ven con futuro. Es el caso del frente común que forman Castilla y León, Castilla La Mancha, Asturias, Aragón y Andalucía junto a las patronales del carbón de España y Alemania. Una iniciativa con la que han conseguido meter presión y hacer cambiar de postura a la UE, pese a que su petición inicial era de que se mantuvieran las ayudas hasta el 2020.

Aún así, desde el Gobierno regional no quieren lanzar las campanas al vuelo hasta que no se ratifique el acuerdo mañana y se sepa con exactitud cuál será la forma en la que se reducirán anualmente las ayudas. Desde Castilla y León, su vicepresidente económico, Tomás Villanueva, insistía ayer que todo lo que sea mayor al cuatro por ciento será inaceptable. «Quedan algunas incógnitas que nos obligan a ser prudente», señalaba Villanueva, tras advertir de que tampoco conoce lo que ocurrirá a partir de 2018 con las minas competitivas. En la propuesta inicial, se preveía que continuaran su actividad y que no tuvieran que devolver las ayudas, pero no sabemos aún cuál es el alcance», explicaba. Si bien, y aunque Villanueva insistía en que hasta que no se lea la letra pequeña del nuevo texto no valorará más a fondo el mismo, sí que dejaba claro que, al menos, esta prórroga de las ayudas hasta 2018 es positiva y un «buen primer paso hacia adelante».

Finalmente, desde el PSOE, la eurodiputada Iratxe García valoraba positivamente esta decisión, «que calma la honda preocupación existente en el sector minero sobre lo que podría ocurrir», y destacaba el trabo de los socialistas en el Parlamento europeo convenciendo a la Comisión Europea de que modificara su postura inicial.