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Diez mil bengalíes en tierra de nadie

El aumento de refugiados en las fronteras libias augura una crisis sanitaria

Miles de trabajadores bengalíes caminan, con sus pertenencias, hasta la frontera de Túnez huyendo de los combates en Libia
Miles de trabajadores bengalíes caminan, con sus pertenencias, hasta la frontera de Túnez huyendo de los combates en Libialarazon

Bengasi- La situación humanitaria empeora día a día, con el país bloqueado por el pulso entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes. La violencia ha causado ya centenares de muertos y miles de heridos, provocando una emergencia sanitaria en el país.

En Bengasi los hospitales todavía siguen desbordados por la gran cantidad de heridos, algunos muy graves, que llegaron los primeros días y que siguen ingresados. Más de dos semanas después, muchos no han sido aún operados por falta de utensilios médicos, tal y como explicó a LA RAZÓN Hadi al Shukry, un médico libio nacionalizado británico, que ha regresado a su ciudad natal para ayudar y está gestionando la llegada de suministros desde Egipto.

Los cientos de miles de refugiados que buscan abandonar el país han abierto otro problema humanitario. Es el caso de los 10.000 bengalíes que han podido pasar de Libia a Túnez. Estos trabajadores siguen teniendo problemas al cruzar la frontera, pues nadie sabe qué hacer con ellos ni tienen asistencia consular en el país vecino.

Desde Egipto también están llegando al este liberado muchos médicos y enfermeros voluntarios para sustituir a todos aquellos que han salido del país debido a la situación de inseguridad: gran parte del personal auxiliar eran inmigrantes asiáticos, que ahora han huido. Hacer frente a la situación sanitaria es la prioridad de muchos países europeos, que están dando más importancia a una intervención de este tipo que a una militar. Francia ha sido el primero en enviar ayuda humanitaria a Libia: cinco toneladas de material sanitario, que ha entrado al país desde la frontera con Egipto, junto a 32 personas, principalmente personal médico, pero también algunos diplomáticos para supervisar la situación sobre el terreno y encargarse de la distribución de la ayuda gala en Bengasi, explicó a este periódico uno de ellos, Jean Marie Safa, del Ministerio de Asuntos Exteriores francés.

La ayuda alimentaria también es básica, después de que el Programa Mundial de Alimentos de la ONU haya alertado de que las existencias están agotadas en Libia y la cadena de suministros se ha interrumpido, con puertos y aeropuertos cerrados y muchas zonas aisladas. Ahora, la mayor parte de los alimentos, tanto los suministros normales como la ayuda humanitaria, llega por tierra a través del paso fronterizo egipcio de Salum, en el este.

Egipto es el que más está contribuyendo junto a Qatar, que ha enviado varios aviones de ayuda, según la encargada de alimentos de las autoridades rebeldes de Bengasi, Tahany Sherif. El puerto marítimo sólo opera parcialmente y desde allí salen los extranjeros que trabajan en Libia, procedentes de otros países árabes, pero sobre todo asiáticos.