La UE controlará los presupuestos de los estados

BRUSELAS- La Comisión Europea (CE) se apuntó ayer un tanto en su reconquista del centro gravitatorio del Gobierno Económico Europeo, al respaldar los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) con un «amplio consenso» sus propuestas sobre el control presupuestario nacional que quiere tener bajo su órbita. Lo hizo en el campo de la disciplina fiscal, aquel en el que cualquier melodía entra bien por los oídos de Alemania, que hasta ahora ha llevado la vía intergubernamental hasta extremos de dejar las instituciones comunitarias como meras comparsas.

Consejos confidenciales
Los ministros exigieron, eso sí, que sean confidenciales las recomendaciones de los rescates, que la CE iniciará y el Consejo refrendará, para no poner una diana en los países ya acosados por los mercados. Esta competencia para obligar a un país que atraviese «severas dificultades económicas» a someterse a un rescate, que lo llevaría a un estado de protectorado económico, es uno de los puntos más polémicos de la propuesta de la CE, con la que intenta probar que hasta la disciplina fiscal más dura que quiere Berlín se puede lograr por la vía comunitaria.

Respecto al control presupuestario, para los buenos alumnos de la zona euro que no estén bajo procedimiento por déficit excesivo por no sobrepasar el 3% de déficit o el 60% de deuda, Bruselas estudiará algunos incentivos como una cierta flexibilidad administrativa y de contenido. Para aquellos estados que se encuentren en la picota por romper el pacto de Estabilidad, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, avisó de que se los someterá a un estrecho marcaje, como la obligación de informar a Bruselas dos veces al año sobre el programa de cumplimiento en lugar de una.

La ampliación del fondo de rescate permanente también volvió ayer al debate. Rehn se alineó con las tesis del FMI al pedir que se aumente su capacidad, con vistas a que pueda digerir un hipotético salvamento de grandes socios en la cuerda floja, como Italia y España. De hecho, Bruselas ya quiso revisar el techo del fondo de rescate en diciembre, pero la oposición de la canciller Angela Merkel lo pospuso hasta marzo, una vez se concluya el pacto fiscal.

Pero a pesar del paso adelante en la gobernanza económica, y la posibilidad de ampliar el fondo de rescate, la crisis de la sostenibilidad de Grecia sigue siendo un agujero en la línea de flotación de la eurozona. Para recibir el segundo rescate de 130.000 millones de euros que necesita Atenas para recuperar el paso, el Ecofin pidió ayer «compromisos convincentes y firmes de todos los líderes de las principales fuerzas políticas griegas» con este segundo rescate, según resumió Rehn, que se completa con la condonación de la mitad de la deuda soberana que actualmente negocia Atenas con la banca. «Es una precondición necesaria para que este programa tenga éxito», insistió el comisario.

Como resumió el certero ministro de Finanzas sueco, Anders Borg, «la aplicación (de las reformas) en Grecia ha fracasado». «Se le han dado muchas oportunidades, y hemos visto muy pocos resultados», añadió. En recesión, no hay espacio para perdonar.