La ceremonia a dos velas

LONDRES- Aunque el Reino Unido sea el país anfitrión de los Juegos, la ceremonia de apertura contará con muy pocos de los atletas de la delegación británica. Y los organizadores del gran espectáculo, que ha costado 27 millones de libras, parece que se han centrado tanto en la puesta en escena que se han olvidado de lo realmente importante, esto es, las necesidades de los deportistas.
El director artístico, Danny Boyle, responsable de películas como «Trainspotting», ha insistido en que el «show» deba empezar por la noche para jugar con las luces, por lo que el equipo de Gran Bretaña, que será el último en desfilar de los 203 países invitados, no puede entrar en el estadio hasta las 11.30 pm. Suponiendo que todo vaya bajo el horario estipulado, es más que probable que los atletas no puedan irse a sus habitaciones hasta pasada la una de la madrugada, una hora que, según las delegaciones, tendría un impacto «muy negativo» en el rendimiento el día después. Es por eso por lo que el equipo británico ha decidido que menos de la mitad de los 542 atletas aparezca en la pista. Y puede que no sean los únicos, ya que otras delegaciones también se están planteando tomar medidas. Después de hacerse pública la noticia, los ánimos estaban más que caldeados en los alrededores de la Villa Olímpica. «El deporte, el gran perdedor de los Juegos Olímpicos», rezaba el titular de «The Times». El deseo de la NBC, la cadena estadounidense que ha pagado 1.400 millones de libras (1.800 millones de euros) por retransmitir el espectáculo en horario de máxima audiencia al otro lado del Atlántico, también ha podido influir a la hora de marcar el horario que ha desbaratado por completo los planes de los británicos. Es más, se rumorea que la elección de Chris Hoy como abanderado –su nombramiento no se hizo público hasta ayer– podría ser efecto de toda la polémica, ya que, ante la ausencia de sus compañeros, los ciclistas de pista serían los grandes protagonistas, ya que no compiten hasta el 2 de agosto.