Cataluña
Rajoy promete dirigir su gobierno a defender la «conciencia nacional»
Convierte en un lema la consigna de que la crisis «tiene solución» si se pone fin al «travestismo político» de Zapatero.
Mariano Rajoy ha decidido clausurar este periodo parlamentario con su discurso más reivindicativo de España, como ayer dejó ver en la conferencia con la que inauguró el curso «Políticas públicas para la libertad y el progreso», que organiza la diputada del PP Ana Torme, dentro de la programación de verano de la Universidad Complutense.La estrategia de bajo perfil que el PP ha puesto en práctica ante la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el Estatuto catalán ha dado que hablar y ha convertido incluso en noticia la moderación de la respuesta de los populares al ruido independentista que llegaba de Cataluña, y en el que el PSC se ha prestado a hacer de maestro de ceremonias. Por tanto, no es baladí que en un escaparate universitario y ante un público estudiantil –que ayer se quedó sin preguntar– se apareciese el Rajoy hombre de Estado, el Rajoy de los grandes consensos, el Rajoy que promete ser el valedor de España, del proyecto común e incluso del sentimiento nacional que une a los españoles. «El PP defiende España y defiende el Estado autonómico tal y como figura en el propio texto constitucional e interpreta el propio tribunal», aseguró. Y ése será el eje de su actuación política, en la oposición y si llega al Gobierno: lo lógico, en coherencia con el ideario del PP. Pero lo evidente se convierte en noticia en un escenario marcado por la táctica de poner sordina a determinados asuntos para no alentar la injusta consigna de que el PP es «anticatalán». Si el jefe del Ejecutivo hacía campaña y buscaba el perdón del PSC el pasado viernes defendiendo la «identidad nacional» de Cataluña, su «alter ego» en política llevará en su programa electoral para las próximas generales el compromiso de convertir en uno de sus ejes básicos de actuación la defensa de la «conciencia nacional» y del «sentimiento de nación», «que es el sustento, el fundamento y el cimiento de la convivencia», según precisó Rajoy en una intervención con muchas alusiones a la crisis económica, pero que quedaron deslucidas por el mensaje sobre el modelo de Estado. El discurso reivindicativo de España hila con su acuñada apelación regeneracionista sobre la necesidad de recuperar los valores perdidos: el mérito, el esfuerzo, el trabajo... «Yo si tuviera que hacerles a los jóvenes una recomendación, sólo les haría una: intenta ser mejor. Es decir, aprended más, sabed más». Por supuesto, el líder popular aprovechó su encuentro con los estudiantes para hacer recuento del grueso de sus críticas a la gestión de Rodríguez Zapatero, para enumerar la alternativa y para incidir machaconamente en el lema de que «esto tiene solución», sin Zapatero. Su resumen de los dos años de Legislatura no dejó un respiro al PSOE: «Una crisis económica que ha llevado a una tasa de desempleo dramática, un recorte de derechos sociales, una sentencia estatutaria que puede generar problemas y dificultades de cara al futuro, una decisión europea que nos coloca bajo libertad vigilada y una crisis de valores».
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