Andalucía
Cerdos ibéricos
Personalmente lo tenía dicho en otras palabras y a ojo de buen cubero: si algún día se llegara a contar el número de cerdos ibéricos totales –no confundir con el número total de cerdos– y se multiplicara por dos, no saldría la cantidad de jamones que anualmente se venden en nuestro país. Dicho de otra manera: en España hay bastantes más jamones de los que tendría que haber en función del número de cerdos, o bien, por alguna extraña circunstancia, en algún lugar del territorio los gorrinos han mutado en sorprendentes tarántulas de ocho extremidades en lugar de sus cuatro habituales. Lo que cualquiera podía venir sospechando bajo la simple observación de los fuegos de artificio, cócteles, bodorrios y festejos varios, ha venido a confirmarlo ahora la estadística y los datos oficiales y, por ejemplo, en Andalucía se acaba de descubrir el milagro de los panes y los peces, resultando que de una cabaña de 500.000 cerdos ibéricos registrados, finalmente se están vendiendo tantos jamones como si exactamente existieran el doble. De cada dos jamones ibéricos que se comen en Andalucía, uno de ellos es falso o incluso puede que, a pesar de las apariencias, el jamón de marras nunca haya existido ni jamás haya sido comido. La consejera andaluza del ramo anda tan preocupada por el asunto que lo primero que ha hecho ha sido disponer sus meninges al mejor servicio de la ciencia y de las conclusiones irrefutables por lo que, según ella, la evidencia de los cerdos y los jamones no puede significar otra cosa más que se puede estar produciendo algún fraude y advierte, acto seguido, a cerdos de altura y a ibéricos de cabotaje que bajo ningún concepto lo va a permitir. La diferencia entre advertirlo y aplicarlo, entre lo que dice y lo que hace la consejera, está, naturalmente, en que mientras tanto pueden seguir vendiéndose los falsos jamones y el tiempo corre como si nada.
El caso de los jamones se ha convertido en un buen ejemplo de lo que en general ocurre con Andalucía, donde los números se han alejado tanto de la realidad que permiten que en Marbella se construyan 30.000 casas ilegales mientras la Junta puede presumir de poner 400 denuncias sobre el caso. En El Ejido son 117 las sentencias a favor de la Policía en el mismo asunto mientras la Ley aún hoy sigue sin cumplirse. Todos ellos son efectos de esa ladina realidad en la que el número de cerdos puede seguir desbordándose mientras el pueblo coma el mismo jamón falso.
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