Ministerio de Justicia

Justicia celestial por José Luis Fernández Peña

La Razón
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Me he quedado perplejo ante el titular «El gobierno devuelve al Poder Judicial la independencia». ¡Por fin dormiremos tranquilos! Ese optimismo expositivo me retrotraía al entusiasmo con el que el que don Gregorio, el rector del seminario de Uclés, nos explicaba el milagro de la resurrección de Lázaro, que se levantó, anduvo, y por ahí sigue… en busca de la justicia independiente. Cuesta creer con tanta rotundidad en esa angelical independencia de la Justicia. Pensar que en una tarde de enero, en el Congreso, se resuelven los espinosos conflictos de poderes es ir demasiado deprisa. Tenía razón el ilustrado Montesquieu al prescribir que los tres poderes (dos, en caso de mayoría absoluta) separados y vivos están más guapos que revueltos o enterrados.

Lejos de la separación de poderes o de su sepelio, vivimos en un mundo en el que la Justicia se ha convertido en demasiadas ocasiones en herramienta de la que se sirve otro no menos influyente invitado y con la misma vitola de independencia: el cuarto poder. Uno de los males que aqueja a la Justicia es ese, haberse convertido en muletilla en la que se apoyan unos y otros para conseguir sus objetivos particulares con el auxilio de la prensa. La justicia que debiera ser un fin en sí misma, se alquila como medio para alcanzar «otros males». Si tuviere vocación ecuánime, independiente como se desprende, la prensa estaría un tanto desarmada pues su influencia pasa en buena medida de la utilización de las instrucciones, a los jueces, sus autos, como arma arrojadiza. La verdadera condena de un político es la pena del banquillo, el paseíllo del telediario, independientemente (con perdón) de cual sea la sentencia final. A burro muerto, la cebada al rabo. Una justicia sorda, ciega, rigurosa, sin intromisiones, tal vez fuere el tiro de gracia de algunos medios que cambian «petróleo por alimentos». No imagino una campaña electoral si un periódico independiente y un juez no menos honesto con su programada colección de sospechas, juzgados, y querellas que amenizan la fiesta…..Y tú, más.