Conflicto IsraelPalestina
Carta de un cooperante: los niños siempre tienen miedo en Palestina
Los niños y las mujeres son las víctimas más débiles del conflico que enfrenta a judios y palestinos. "El 40% de todos mis pacientes son niños, otro 40% mujeres y el 20% restante hombres", explica la doctora Ruth Ulrich, que trabaja para Médicos Sin Fronteras sobre el terreno.
La guerra aquí es particularmente psicológica. La población es testigo de mucha violencia, especialmente en los campos, donde los soldados suelen irrumpir entre la 1 y las 2 de la madrugada en busca de gente. A veces llaman a las puertas y otras simplemente entran por la fuerza. En ocasiones son bastante amables y educados... y en ocasiones no. Y hay veces que ponen las casas patas arriba....
A lo largo de todos estos años de conflicto, mucha gente ha visto morir a miembros de su familia delante de sus propios ojos. Sin embargo, si no les preguntamos, ni tan siquiera lo mencionan, puesto que lamentablemente esto es algo ya normal aquí. Los niños siempre tienen miedo, muchos padecen incontinencia urinaria e insomnio.
Desde principios del año pasado, la situación es más tranquila y hay menos detenciones, pero los soldados están más nerviosos. La ciudad está rodeada de controles que cortan la circulación. O bien no se permite el paso a las personas o éstas se ven obligadas a esperar durante horas, lo que también es una forma de acoso. El acceso a la atención sanitaria se ve mermado y es aquí donde más se ve la importancia del papel que juega MSF. Otra forma de violencia concreta en la zona de Nablus es la presión que ejercen algunas colonias. A veces, los colonos vienen a rezar a la ciudad, bajo la protección del ejército israelí y gran parte de los problemas tienen lugar en los pueblos de los alrededores, pues algunos colonos son imprevisibles y violentos y además van armados. El ejército tiene reglas, algunos colonos no.Toda nuestra atención médica es totalmente gratuita. Existen psiquiatras en Nablus y también organizaciones que ofrecen asesoramiento psicosocial, como "Aldeas Infantiles SOS", que tiene varios centros de rehabilitación. Pero MSF es la única organización que ofrece tratamiento psicológico a las víctimas de la violencia asociada al conflicto. Además, toda nuestra atención, incluyendo la asistencia médica, es totalmente gratuita. MSF también se ocupa de la medicación y del transporte y somos los únicos que trabajamos después de las 3 de la tarde. Las patologías que tratamos son esencialmente insomnio, irritabilidad, falta de control sobre las emociones, ansiedad, astenia, depresión, síndromes postraumáticos, etc. Los niños padecen patologías específicas: incontinencia urinaria, problemas y fracasos escolares, etc. Como no pueden salir, se quedan encerrados en su casa, pegados al ordenador, o bien van a un ciber café a jugar a juegos de guerra. Viven rodeados de armas. En sus dibujos suelen verse reflejados disparos, bombardeos...
Gracias a ejercicios de relajación y de imaginación, pueden dar rienda suelta al sentimiento de inseguridad que padecen. En cuanto a las mujeres, éstas deben ocuparse de sus hijos que están mal, pero nadie se ocupa de ellas. Soportan una enorme presión sobre sus espaldas y cuando vienen a verme a menudo es sólo porque están preocupadas por sus hijos. Los hombres vienen con menos frecuencia a la clínica y a nosotros nos cuesta mucho llegar a ellos, así que el 40% de todos mis pacientes son niños, otro 40% mujeres y el 20% restante hombres.MSF les escucha y eso es crucial. La confidencialidad también cuenta mucho en un contexto como el de Nablus en el que reina una falta de confianza generalizada. El hecho de que seamos extranjeros y que cada ciertos meses venga algún compañero a relevarnos tranquiliza a nuestros pacientes. Es difícil hacer terapias cortas en un contexto de violencia crónica, pero la verdad es que funciona.... particularmente en lo que se refiere a la irritabilidad. Pero, en vista del clima de inseguridad y de sospecha, únicamente podemos proponer sesiones individuales y no en grupo a adultos y a adolescentes. MSF todavía tiene mucho que hacer aquí. Una de las metas es poder acceder a más hombres. Éstos quieren hacerse los «fuertes», no mostrar que tienen miedo o que controlan mal sus emociones. Y el hecho de hablar con un psicólogo puede llegar a ser muy estigmatizante para ellos. También deberíamos poner en marcha más actividades especialmente dedicadas a los niños: por ejemplo grupos de juego terapéutico en los que no hubiese frustración y más intercambios entre niños. Cuando los niños se sienten mejor, sus madres también están más contentas y pueden gestionar mejor las dificultades diarias.
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