París
El trágico destino de dos amigos de infancia
La consternación y la rabia han ido cediendo paso a la incomprensión en Linselles, un pequeño pueblo del norte de Francia, a pocos kilómetros de Lille, y en donde Antoine de Léocourt y Vincent Délory, secuestrados y asesinados el pasado sábado, habían crecido juntos.
Un día antes, el 7 de enero los dos amigos, de 25 años, se reunían en Niamey. Un reencuentro en la capital de Níger para celebrar un feliz acontecimiento: la boda de Antoine con su novia nigerina, una semana más tarde, y en la que Vincent iba a ejercer de padrino. Pero esa misma noche, ambos eran raptados mientras cenaban en el «Toulousain», un conocido restaurante frecuentado por expatriados, en una zona residencial y supuestamente segura de la ciudad.
La sinrazón segaba horas después sus vidas truncando muchas ilusiones. Familias y amigos no alcanzan a comprender por qué los secuestradores se dirigieron directamente a ellos. Ninguno residía en esos momentos en el país. Hacía seis meses que Antoine, un apasionado de África, se había instalado en República Centroafricana para dirigir varios programas de la ONG francesa Ayuda Médica Internacional. Cuando en marzo de 2010 le cumplió el contrato con otra organización de ayuda alemana en Níger, no encontró ninguno otro trabajo que le permitiera quedarse en el país y continuar desarrollando su labor. Sin embargo, pese a la distancia volvía con cierta frecuencia a visitar a su novia, la persona que le convenció de afincarse en este continente al que viajó por primera vez en 2008 con una asociación franco-nigerina y del que quedó completamente subyugado.
Detenidos dos secuestradores
«Era alguien muy dinámico», relataba al diario «Le Parisien» una responsable de esta organización y que destaca las habilidades sociales del joven. «Tenía una gran facilidad para relacionarse con la gente» recuerda.
De la fallida operación militar que Francia, en colaboración con Níger, desplegó para tratar de liberarlos, ayer se conocieron nuevos datos que podrían arrojar luz sobre las circunstancias concretas de la muerte de ambos. Durante la intervención no sólo murieron cuatro de los captores, además de varios miembros de las fuerzas nigerinas, sino que otros dos secuestradores fueron arrestados. Un extremo confirmado ayer por el ministro de Defensa galo, Alain Juppé, convencido de que los franceses fueron ejecutados. «Uno de ellos murió de un disparo en la cabeza que no fue una bala perdida», añadió el titular despejando así algunas zonas aún oscuras sobre lo sucedido y que los interrogatorios de los detenidos podrían también contribuir a aclarar.
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