Viena

«Los jugadores tienen que saber que van a ganar»

Antes de salir al césped del Prater, en el túnel de vestuarios, Luis Aragonés se acercó a Mertesacker, el más alto de los alemanes, le dio un golpe en el pecho y le dijo: «¿Qué?». El central alemán reaccionó bien, no le dijo nada al seleccionador, pero los jugadores españoles comprendieron que no había que tener miedo a nada. «Había que dejar de pensar que ellos eran más grandes y nosotros más bajitos. Era la muestra de que no se comían a nadie», recuerda Mendiondo.

La Razón
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César Mendiondo era el encargado de hacer los informes de los rivales para Luis Aragonés en la selección. Pero el técnico no le pidió nada para la final. «Luis se lo sabía todo de Alemania», recuerda. «Había visto muchos partidos de Alemania y ni me preguntó. En otros partidos sí me preguntaba cosas. En las tres noches antes del encuentro no cruzamos palabra», dice Mendiondo. Hasta que el día de la final le preguntó. «Míster, ¿no hablamos?». «No, no, vamos a ganar», respondió Luis. Lo importante en aquellos días era que los futbolistas estuvieran seguros de la victoria. «Luis trabaja muy bien el aspecto psicológico. Los jugadores pueden fallar, pero tienen que saber que van a ganar». Y los españoles estaban seguros antes de ganar a Alemania.La táctica y la estrategia quedan de lado en los días previos a la final. «Ya se han trabajado durante tiempo suficiente», asegura Mendiondo. Tampoco hay que agobiarles con información del rival. «Sólo la necesaria para no bloquearles. Les pusimos un vídeo de 12 minutos que analizaba jugador por jugador y otro general de 15. Pero no el mismo día», recuerda el responsable de que Luis conociera a los rivales. Después, Luis habló uno a uno con sus jugadores para hacerles entender que los alemanes no eran mejores.La ventaja para España, además, era la unión. «Es un grupo como he visto pocos. Con humildad, personalidad y talento. Ese vestuario es una maravilla», afirma Mendiondo. Como el seleccionador. «Todo lo que ha movido Del Bosque ha sido acertado. Eso define a un buen entrenador».