Cataluña

Una mujer y dos destinos

La Razón
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También Zapatero, como Rubalcaba, parece estar «corriendo los últimos metros». En su caso, sin ironías. La sincopada carrera en pos de sortear obstáculos en la que se ha convertido el ejercicio de gobernar dibuja un fin de ciclo fulminante. Cada día parece más verosímil que Zapatero ni siquiera se presentará a las próximas elecciones generales porque, si hubiera decidido concursar en 2012, lo habría comunicado ya, para dar certidumbres y cortar de raíz las ambiciones a sucederle en su partido, legítimas, pero cainitas. Por el contrario, parece razonable que, ante su previsible abandono, calle. Aznar cometió el error de comunicar su marcha con demasiada antelación.

Así pues, día que pasa, día que los distintos aspirantes a la carrera sucesoria afilan las uñas mientras se muerden la lengua. Rubalcaba asegura que está «corriendo los últimos metros», tras haberse aupado al primer puesto del ránking de salida. Blanco intenta emerger del sopapo de los controladores, cariacontecido. Bono huele debacle y se calienta la boca en sucesivas declaraciones públicas. En medio del ruido, una figura joven y emergente, Carme Chacón, guarda su imagen impoluta sin enfrentarse a ruedas de prensa, embutida en un traje institucional. Ella sólo se expone en comparecencias públicas planificadas y en viajes con fotógrafos incorporados. El próximo será una felicitación navideña a las tropas en Afganistán. Sin resbalones aparentes, sin lugar a la improvisación. En una carrera sin prisas pero sin pausas. Su reloj marca 2012. No es de extrañar, pues, que, como ha publicado LA RAZÓN, en la crisis de los controladores ella se haya alzado en el ránking de confianza de ministros, por encima del presidente, de Rubalcaba y de Blanco. Tampoco extraña que el CIS rebaje la confianza en los partidos y, sin embargo, suba la depositada en las Fuerzas Armadas. Desde el Ministerio se atribuyen algún mérito...

El secreto de que Chacón será la sucesora, de que es la tapada de Zapatero, cada día es más un secreto a voces, como cableó el embajador americano, según hemos conocido a través de los papeles de Wikileaks. Si el presidente da un dedazo, como hizo con Trini en Madrid, Chacón será la elegida. Zapatero confía en su legendaria suerte y en el cambio de candidatura para que los socialistas vuelvan a ganar las elecciones generales.

Perfecto. Sólo un flanco queda al descubierto: el PSC. Hasta el secretario de Organización de los socialistas catalanes, José Zaragoza, ha reconocido que el futuro de su partido pasa por Chacón o por la calamidad. Y ésta es la disyuntiva. Si Cataluña es prioritaria para Zapatero, ¿por qué no envía a Carme Chacón a encabezar el PSC, antes de las próximas municipales, para frenar la sangría de votos que se vislumbra? Una sola mujer y dos destinos. Zapatero debe estar muy seguro de que la necesita para la sucesión en Madrid porque, de lo contrario, ya la habría encargado «salvar» Cataluña.