India
Sandip Tiwar / nanotecnólogo: «Pueden hacerse diagnósticos por cinco céntimos»
MADRID- La nanotecnología no tiene nada que ver con un cuento de hadas, aunque las nanopartículas parezcan «duendecillos» capaces de obrar más de un milagro. Los chips de silicio responsables de manejar una ingente cantidad de información en nuestros «smartphones»; los soldados casi invisibles que plantan cara al cáncer... Son sólo algunos ejemplos de lo que se puede hacer en una escala menor a un micrómetro, con materiales no mayores que un átomo. Uno de los artífices de esta joven disciplina, Sandip Tiwari, profesor de la Universidad de Cornell e inventor de la memoria de nanocristal, acudió a Madrid para presentar el libro «Valores y ética para el siglo XXI», obra promovida por la Fundación BBVA.
–Los avances en el campo sanitario son prometedores. ¿Cuál sería el más destacado?
–Han aparecido tratamientos en los que los tumores están siendo destruidos gracias a nanopartículas. Una serie de partículas, conectadas a tumores, absorben una luz infrarroja y lo calientan. El tumor reacciona localmente. Se trata de usar herramientas que aparecieron gracias a cientos de años de investigación científica. Lo que ha ocurrido es que ha llegado un punto en el que sabemos hacerlo a nanoescala.
–Y se podrán conseguir diagnósticos más baratos...
–Se está trabajando mucho en diagnósticos más baratos y personalizados. La nanotecnología te da la habilidad de hacer las cosas más pequeñas, más personalizadas. Puedes observar con más precisión la sangre, los fluidos... Y el diagnóstico es más preciso. En África, o en India, puedes coger un papel, fabricado con cera, y que incluye patrones de test para anotar diagnósticos. Sitúas la sangre encima y se obtienen los resultados. Es como una prueba de embarazo, aunque más complicado, con productos químicos que reaccionan al contactar con la sangre. Si quieres averiguar el nivel de azúcar o los anticuerpos de enfermedades de un paciente, sólo tienes que fotografiar esta hoja con el móvil y enviarle la imagen a un médico, que te dirá los resultados. Es muy barato: te permite hacer diagnósticos pagando sólo los 5 céntimos que vale ese papel.
–Se ha hablado de la nanotecnología para limpiar el agua y hacerla potable. ¿Significaría el acceso al agua para millones de personas?
–El suministro de agua potable en un pueblo va a través de arena, aluminio, partículas de carbón... Y ya hay células y equipos biológicos que eliminan esas partículas. Pero para la gente pobre, la respuesta más sencilla es una solución local. Por ello, el uso de la nanotecnología para limpiar el agua no me convence en absoluto.
–¿Vivimos la revolución de la nanotecnología?
–Más bien es evolución. Si le digo que por cien euros y en tres horas puedo secuenciar todo su genoma, ¿lo llamaría revolución o evolución? Ése sería un gran paso. Una revolución científica significaría que hubiera máquinas similares a los humanos en su escala de inteligencia. Sería una revolución, porque a día de hoy no sé cómo lograr esa meta.
¿una ciencia madura?
La investigación de la nanotecnología es relativamente reciente y es que «en los últimos quince años hemos adquirido las habilidades científicas para diagnosticar, manipular y construir máquinas», explica el científico. De ahí que cada uno de sus descubrimientos suponga un gran avance. No aspira tanto a ser madura como joven: «La juventud llegará con algo significativo».
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