Cataluña

Esther Eiros: «Las otras cadenas han decidido dejarme sola»

EN PRIMERA PERSONAViajera impenitente, tiene en la radio su otro gran amor. Además, su corazón lo ocupa su marido, sus hijos, sus nietas... porque su padre lamentablemente ya se fue. Y guarda un enorme espacio en ese corazón para los amigos, que tenemos en ella un tesoro. Viaja para trabajar y durante su tiempo de ocio se ocupa de su familia y de sus plantas y, cuando puede, que son pocas veces, «pasear junto al mar».

No abandonará los viajes y la radio mientras «mi cuerpo serrano aguante»
No abandonará los viajes y la radio mientras «mi cuerpo serrano aguante»larazon

Su programa, «Gente Viajera», lleva ya 22 años en antena y continúa siendo líder de los espacios radiofónicos de viajes. Dice que la receta para lograrlo es «perseguir un sueño, trabajar sin parar y tener suerte, además de fe».
-Cuando usted comenzó, ¿era fácil obtener espacio para un programa sobre este tema?
-No especialmente, pero debo decir, en honor a la verdad, que a mí no me fue muy difícil. Otra cosa es que en aquel momento Pedro Nin, a la sazón director de Programas de RNE en Cataluña, gran profesional, creyera que ese programa de turismo llegaría a cumplir 22 años de vida

-¿Ha pensado que seguramente es usted la «culpable» de que se hayan ido introduciendo este tipo de espacios en otras emisoras?
-No, nunca me he considerado precursora de nada, porque siempre existe alguien que, antes que tú, ha contado sus viajes y los de otros viajeros universales, como hacía yo antes de «Gente Viajera» en un espacio que se llamaba «De aquí para allá».

-¿Cómo está ahora el sector turístico en el paisaje radiofónico?
-Existen algunos programas a nivel regional con excelentes profesionales, como la periodista Carmen Ayala en Cataluña, pero a nivel nacional y como magazine de turismo creo que las cadenas han decidido hace tiempo dejarme sola. Tal vez porque no han reparado, como Onda Cero, en que los contenidos deben de ir evolucionando con los tiempos y adaptándose a la demanda del consumidor de radio, que es muy distinto al de cuando «viajaban cuatro», como me dijeron a mí hace más de dos décadas.

-¿Y en los medios en general?
-Mejor que cuando yo empecé; casi todos los diarios tienen un suplemento de viajes, mensual algunos, y otros, como el que coordina usted en este periódico, «V de Viajes», de periodicidad semanal. Cuando empezó «Gente Viajera» sólo algún dominical de la prensa escrita se atrevía con los viajes.

-¿Qué es lo que el público quiere de un programa como el suyo?
-Creemos en la información turística en general, y en particular en las experiencias y sugerencias del magnífico equipo de colaboradores que, cada uno en su estilo, sabe llegar hasta el oyente que viaja en este siglo sin importar la edad; tenemos seguidores de edades que rondan de los 14 hasta pasados los 60 años, y estamos felices de compartir con todos ellos casi todos los fines de semana de nuestra vida. Son geniales, y compartimos la misma pasión por los viajes.

-Su voz es ya un clásico de las ondas pero, ¿es usted más viajera que periodista?
-Sí, porque siempre tengo necesidad de seguir viajando, claro que también siento la necesidad de contarlo, de compartir las experiencias vividas. Son demasiados años en la radio, aunque lo que quería ser de niña era escritora.

-Antenas y micrófonos de oro, medallas del Turismo... Tiene en su haber muchos reconocimientos a su labor pero, ¿es consciente de que tiene otro premio, el hecho de que los que la conocemos la consideremos una excelente amiga?
-No quiero parecer desagradecida, porque en estos años «Gente Viajera» tiene importantes premios, muchos más que años, pero lo que más valoro son los maravillosos amigos que me he encontrado en mi vida –como usted, por ejemplo–. Compañeros de profesión, excelentes profesionales, sencillos y buena gente, ése es mi patrimonio. Todo lo demás forma parte de la llamada «La hoguera de las vanidades» que no lleva a ningún lugar.

-Siempre está trabajando, viajando... ¿No bajará el pistón?
-No, mientras los oyentes y los responsables de mi cadena quieran y mi cuerpo «serrano» lo aguante (es broma). Los viajes son mi vida.