Un mito desbocado

Hora: 10,30 de la mañana. Mercadona recibe a sus primeros clientes. Nos acercamos a la sección de cosmética. Ahí está la estantería repleta de botes del ya archifamoso producto para caballos con biotina (6,50 euros) fabricado por Laboratorios Bilper Group. «Fortalece, abrillanta y protege el pelo. Champú de máxima calidad sin colorantes ni perfume y con propiedades regenerativas del pelo», anuncia la etiqueta.

Los frascos vuelan y advertimos a una señora de que los especialistas coinciden en que no ayuda a frenar la caída del pelo, a pesar del bulo que corre como la pólvora: «Lo voy a comprar, a ver qué pasa. Tengo curiosidad, aunque espero que no se me caiga el poco que me queda», afirma entre risas. «Ayer no quedaba. Me recomendaron que viniera a primera hora porque se terminan enseguida. A mi hija le han dicho que es buenísimo», cuenta otra consumidora. La fiebre está en la calle. Además del boca a boca, internet ha tenido mucho que ver, ya que blogueros y usuarias han relatado su experiencia en Youtube y Twitter. Lo que ha provocado que la Academia Española de Dermatología haya lanzado un comunicado firmado por su presidente, el doctor José Carlos Moreno, para advertir sobre la eficacia del producto supuestamente milagroso contra la caída, la deshidratación o la falta de brillo. El escrito dice así: «Los champús son unos cosméticos muy bien estudiados que sirven para lavar el cabello y pueden mejorar sus condiciones cosméticas. En algunas ocasiones, pueden resultar beneficiosos en el tratamiento de patologías de cuero cabelludo, pero en modo alguno tienen eficacia sobre la caída del cabello ni sobre su prevención». «Ningún champú atraviesa la piel, de ahí que nunca pueda mejorar la salud del pelo; sólo las sustancias que se ingieren vía oral pueden modificarla. Si una persona no sabe por qué se le cae el pelo, debe conocer la causa, porque no existe un tratamiento genérico», añade el doctor Ramón Grimalt, coordinador del grupo español de tricología de la academia. Pero, ¿qué es la biotina? Se trata de una vitamina del grupo B que puede tener eficacia en algunos tipos de alopecia, pero siempre administrada por vía oral, es decir, que no se absorbe de forma tópica (aplicada sobre el cabello en este caso). «Todo este revuelo carece de rigor científico», añade Moreno.

Efecto cosmético
Alberto Gorrochategui, de la clínica Ercilla de Bilbao, hace el mismo análisis al insistir en que se trata de un producto cosmético y no médico, por lo tanto no tiene que superar las pruebas de testado que demuestren el cumplimiento de lo que promete: «Lo único que puede hacer es lavar la cabeza y dejar el pelo bonito como cualquier otro», añade. «Desde que lo uso me aliso mejor el pelo, lo tengo con más volumen y brillo. Incluso lo noto más limpio», escribe María en un foro, a lo que el profesional le contesta que «existen demasiados productos en el mercado que intentan dar credibilidad desde el punto de vista científico y no lo tienen, igual que las cremas cosméticas». Paloma Cornejo, del Instituto Médico Láser, por su parte, hace lo propio con dos mujeres que, a través de un vídeo, confiesan haberlo usado durante dos semanas y notan un aumento de pelo: «Es imposible; es un efecto cosmético, igual que cuando te pones una buena espuma. Un champú no ayuda a que te salga pelo nuevo y mucho menos con resultados inmediatos. Éste crece un centímetro al mes. Nosotros no vemos resultados en tratamientos de alopecia hasta pasados seis meses».

La doctora Paz Cerdá, por su parte, relata que a su consulta, en Zaragoza, acuden pacientes que lo utilizan: «Unas dicen que no notan cambio alguno y otras, sin embargo, afirman tener la melena más sedosa. Son opiniones diversas». El morbo radica, asegura, en que «es un producto diferente destinado a lavar el pelo de los caballos y perros de pelo largo, que es barato, que ocupa páginas de la prensa y por eso está en boca de todas, y todas quieren probarlo y ver el resultado, pero ya veremos qué pasa en unos meses. Recordemos otras modas cosméticas, entre ellas, la baba de caracol, el aloe vera, el extracto de uva... No existe ningún estudio dermatológico con pruebas científicas, y estadísticamente significativo, que diga que el champú de caballo produzca en el ser humano los beneficios que se le otorgan».

En primera persona
Todas coinciden en lo mismo: reseca el pelo más de lo normal, por lo que, tras su aplicación, es necesaria una buena dosis de suavizante o mascarilla capilar. Susana, de 35 años, lo utiliza desde hace unos meses, porque se lo deja suave y con volumen. Incluso, dice, a veces lo usa como gel de baño, porque le resulta menos agresivo que otro jabón. Belén, de 25, promete que le crece más rápido.