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Bruselas

Una marea verde celebrará la fiesta por la vida en el centro de Madrid

150 globos elevarán la pancarta «Sí a la vida» que saldrá el sábado de Cibeles

Juan Luis y María Ángela son los padres de Juan Carlos, un niño de ocho años con síndrome de down
Juan Luis y María Ángela son los padres de Juan Carlos, un niño de ocho años con síndrome de downlarazon

MADRID- Desde hace unos días, la sede de la Fundación Red Madre, coordinadora de la iniciativa, es verde. El color de la esperanza y para los responsables de la convocatoria «Sí a la vida» también el de la alegría y la ilusión. El próximo sábado más de 800 voluntarios con camisetas de este tono animarán a jóvenes, niños y mayores que, «cansados de que les hablen de la muerte, proclamarán su compromiso con la vida», explicó ayer Manuel Ortuño, coordinador internacional del Día de la Vida.

Más de 300 asociaciones se han adherido a la causa y Madrid será el espejo de las 78 concentraciones que se han convocado en España y allende sus fronteras. «Esta tarde se han unido asociaciones de Italia, Reino Unido y Alemania», comentó ayer una de las organizadoras. Yolanda Melul, portavoz de la Fundación Madrina, explicó que el éxito de la iniciativa no era sólo español, ya que fuera de nuestro país se han convocado nueve manifestaciones más: «En Bruselas saldrán a las calles el domingo y cinco países latinoamericanos también seguirán la iniciativa», añadió después de la rueda de prensa que explicó el recorrido del día 26. La cabecera no saldrá exactamente de Cibeles, sino del Banco de España porque «el Gobierno autonómico nos ha pedido que intentemos dejar libre el monumento», dice Ortuño. A mediodía, una pancarta gigante elevada por 150 globos y que mide 1,20 metros de diámetro dará sus primeros pasos. Media hora antes en el escenario que se montará en la Puerta del Sol, Miguel Ángel Tobías, presentador del acto, comenzará a animar a los asistentes y presentará cuatro testimonios directos. Ellos serán el ejemplo de cómo amar la vida a pesar de las dificultades. «Es una marcha apolítica y aconfesional con la que queremos defender la vida», insistió Tobías.

Mientras los globos inundan el centro de la capital, los manifestantes recorrerán la calle Alcalá. A las 12:45, los coordinadores esperan que la cabecera llegue a Sol. Allí, las portavoces de las cuatro organizaciones promotoras subirán al escenario y leerán el manifiesto. «Esperamos una respuesta masiva porque están invitados todos los que quieran decir ‘‘Sí a la vida''», explicó Alicia Latorre, presidenta de la Federación española de Asociaciones Provida.


Numerosas confesiones
Es la primera vez que se convoca una manifestación provida sin mostrar su oposición a una acción concreta, por eso, sus impulsores no esperan superar las 675.000 personas que se congregaron el 17 de octubre de 2009 para oponerse a la nueva ley del aborto. «Si entre Sol y Sevilla logramos reunir a más de 150.000 personas sería todo un éxito», dice el coordinador.

El protagonismo no lo coparán las agrupaciones provida, ya que se han sumado asociaciones de abogados, médicos y farmacéuticos. Incluso se mezclarán varias confesiones religiosas: «Acudirán musulmanes, protestantes y católicos», afirma Melul.


«Un niño con down es un niño más»
En España hay cerca de 34.000 personas que padecen síndrome de down. Es el caso de Juan Carlos o Piluca, afectados por esta discapacidad intelectual, que sin embargo les permite ser dos niños «como cualquier otro», como señalan sus padres durante la presentación de una página web para resolver dudas a los padres que esperan un niño con síndrome de down. Ambos coinciden en señalar que «es un mazazo» cuando recibes la noticia, pero al final «lo compensa todo», afirma Juan Luis, padre del pequeño Juan Carlos, que recomienda disfrutar y vivir el presente en lugar de plantearse el futuro. Juan Carlos es, en palabras de su padre, un niño generoso, cariñoso y sin maldad. «Es como el pulpo Paul, me lo tengo que despegar de lo cariñoso que es», bromea. Según María Pilar, madre de Piluca, «si hubiéramos visto antes de nacer cómo son luego los niños con síndrome de down, no habríamos llorado ni la mitad de lo que lo hicimos cuando nacieron», y afirma que «no lo cambiaría por nada». El pequeño Juan Carlos es un niño feliz y muy integrado en el colegio, al que acude encantado de la vida. «Son felices, llevan la felicidad en la cara», apunta su padre, informa Erik Montalbán.