Extraños en un tren

Se han escrito ríos de tinta y se han positivado kilómetros de celuloide sobre uno de los encuentros más decisivos y aún hoy enigmáticos de la historia del siglo XX: el de Adolf Hitler y Francisco Franco en la estación de tren de Hendaya el 23 de octubre de 1940. Algunos historiadores aseguran que Hitler despreciaba a Franco, que no le causó la menor impresión y que ni regalada quería la ayuda española en la II Guerra Mundial, por más que el caudillo deseaba entrar en combate; otros sostienen que el general español fue lo suficientemente hábil para pedirle el oro y el moro –sobre todo, el moro–, sabiendo que el líder nazi no tragaría y que así mantendría a España, maltrecha tras la Guerra Civil, neutral. En cualquier caso, ni se trata ahora de hacer historia, ni lo pretende la obra de teatro que regresa a Madrid, «Hendaya. Cuando Adolfo encontró a Paco», una sana juerga de Ribalta Producciones a costa de los dos dictadores que ha escrito y dirige Pepe Macías. Y qué mejor forma que reírse del pasado que convertir el encuentro en un musical. En escena, vemos a Hitler y Franco, acompañados por Serrano Súñer y Von Ribbentrop, interpretados, respectivamente, por Miguel Ángel Jiménez, Juan Carlos Mestre, Luis Yagüe y Rafael Galán. Pero aquí, Hitler tiene una tercera y esperpéntica propuesta para Franco que dará lugar a un desenlace que nueve de cada diez historiadores –siempre habrá el que levante la nariz ofendido– darán como disparatadamente ucrónico. Es lo que los responsables del montaje definen como «un ejercicio de memoria hecho a través de la sonrisa». Una hora y cuarto de parodia salpicada de tortilla de patatas que ya ha arrancado carcajadas durante tres años.