Vuelve el hijo

Vicente el Bosque, miembro de la generación de «Las nanas de la cebolla», hijo de quienes padecieron la cárcel al término de la Guerra Civil, va a dirigir esta tarde a la Selección española y lo hará ennoblecido con el título de marqués, aunque seguirá siendo el mismo personaje modesto y hombre del pueblo que ha sido siempre. Vicente vuelve esta noche al estadio del que seguramente jamás debió salir. Lo hace con el mayor título que ha conseguido nunca ningún seleccionador nacional. Como dicen algunos, superó al «conde de Aragonés», campeón europeo, y es pago que le está dando no sólo el Rey, sino también la sociedad española.

Vicente era hombre del Madrid y fue error dejarle salir. Quien dijo que su librillo estaba agotado se equivocó. Los entrenadores no han de ser solamente amantes de la táctica y la estrategia, sino que han de ser individuos con capacidad suficiente para dirigir un conjunto de profesionales con intereses enfrentados y evitar que haya conflictos permanentes que, en definitiva, perjudican la buena marcha del equipo. Desde que tuvo que salir de su casa nadie en el banquillo le ha superado.

Por vez primera, un marqués se sentará en el banquillo del Bernabéu para dirigir a la Selección. Independientemente del juego, estoy seguro de que los madridistas que acudan a presenciar el partido contra Colombia lo recibirán como se acoge a un hijo que en este caso no fue pródigo. Lo echaron y regresa con otro patrón.