El «aquelarre» etarra
Más de lo mismo
El comunicado de la banda terrorista ETA que conocíamos ayer por la mañana nos deja como estábamos. Más de lo mismo. La historia de siempre. Las excusas de siempre. La palabrería de siempre. La ignominia de siempre. La humillación de siempre. El ridículo de siempre. Los terroristas están donde estaban y no han cambiado un ápice ni sus intenciones, ni sus obsesiones, ni sus barbaridades, ni sus objetivos. No se puede leer entre líneas. ¡No hay doble lectura que valga!
Es evidente, por lo que estamos escuchando a los distintos miembros del Gobierno y del Partido Socialista, que esperaban mucho más; dicho de otra forma: esperaban una justificación para mantener viva una puerta abierta para la negociación, para el acercamiento al entramado etarra y para encontrar un motivo político para que en las elecciones municipales del mes de mayo existiera una razón de permanencia en las instituciones democráticas. El Gobierno esperaba mucho y se ha encontrado con más de lo mismo. Absolutamente nada.
Siempre es bueno recordar que los etarras ni pueden jugar con la democracia, ni tampoco con los demócratas. No estamos en una partida de ajedrez donde se trata de ser más listo que el oponente. Aquí hay unas reglas para todos. Siempre las mismas reglas, y son los terroristas los que tienen que aceptar esa forma de actuación. Luego llegará eso de que la democracia es generosa o que siempre habrá una salida digna para todos; pero antes, sin ningún tipo de dudas, tiene que existir una actitud clara, nítida e inequívoca del abandono total y sincero del terrorismo. Sin ambigüedad, sin chantajes y sin juegos a cuatro bandas. ETA tiene que abandonar el terrorismo y lo tiene que hacer a los cuatro vientos.
El comunicado que hemos conocido este lunes, con todo, es un comunicado complicado para el Gobierno. Los terroristas dan algunos pasos. Eso es una realidad. Pero son más ficticios que reales. Amagan pero no dan y a estas alturas eso es absolutamente insuficiente. Está claro que el Gobierno necesita el final del terrorismo, para salvar la legislatura. Pero eso es demasiado rastrero. Dice Pérez Rubalcaba que el comunicado de ETA es «una buena noticia», pero que «no es la noticia». ¿Qué quiere decir con eso? ¿Qué trastienda hay en esa afirmación que suena muy bien, pero que deja de lado el verdadero fondo de la cuestión? En las primeras horas posteriores al comunicado, el Gobierno y el PSOE se han mostrado moderadamente optimistas. ¿A qué viene esa alegría? Sinceramente no se entiende a no ser que tengan claves fuera de circuito. Y es que cambiar, no ha cambiado nada. Aunque se intente dibujar otra realidad.
En fin, desde luego es momento para la prudencia. A sabiendas de que enfrente sólo tenemos a terroristas que nunca han dicho la verdad, siempre han jugado a la falsedad y se niegan a entrar en el verdadero juego de la democracia. Lo dicho, más de lo mismo, sin vuelta de hoja.
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