Crisis económica
Una herencia envenenada
MADRID- La debilidad de la economía española se ha extremado en los últimos meses del año con motivo de las tensiones financieras, la crisis de deuda de la zona euro y el pinchazo del crecimiento mundial. Y las políticas del Gobierno socialista no sólo no sirvieron para darle empuje al crecimiento, sino que constituyen un negro legado para el ejecutivo entrante de Mariano Rajoy, según se concluye del último boletín elaborado por el Banco de España.
El supervisor bancario constata que el mes de octubre cerró con retrocesos en casi todos los indicadores económicos, entre ellos, el consumo privado, la inversión en bienes de equipo y los índices de confianza de los consumidores y los comerciantes minoristas que elabora la Comisión Europea.
Además, el organismo gobernado por Miguel Ángel Fernández Ordóñez alerta de que el proceso de ajuste en el sector de la construcción «parece haberse acentuado», y de que la producción de minerales y el consumo de cemento ha registrado «fuertes caídas». Así, son pocas las ruedas que no se han pinchado. Sólo las exportaciones, las importaciones y el turismo han logrado mantener una tónica positiva.
El regulador advierte además de que la destrucción de empleo al inicio del cuarto trimestre no tocó techo y del descenso del número de afiliados. En el área financiera, subraya el perjuicio del castigo recibido por los mercados españoles, con fuertes repuntes de la prima de riesgo, y confirma una «moderada contracción» de la financiación captada por empresas y familias.
Detecta también un «elevado ritmo de expansión» de la deuda de las administraciones públicas. Además, critica la regulación del mercado de alquiler. Considera que un incremento del peso de este mercado generaría mejoras de eficiencia en la economía, dado que facilitaría una mayor movilidad geográfica de los trabajadores y permitiría, a su vez, una reducción de la tasa de paro.
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