Crítica de libros

«Habrá una sociedad libre si los medios sirven a la verdad»

El cardenal Antonio Cañizares ensalza la labor de los medios para evitar una quiebra moral y de humanidad 

Lydia Jiménez, Antonio Cañizares y Jesús García Burillo
Lydia Jiménez, Antonio Cañizares y Jesús García Burillolarazon

Tras tres días intensos de conferencias, coloquios y debates en torno a la verdad y a su relación con los medios de comunicación, el punto final a la primera edición de la Escuela de Verano de la Universidad Católica de Ávila (UCAV) lo puso Antonio Cañizares, cardenal y prefecto de la Congregación para el Culto Divino, con una conferencia presentada por la rectora de la UCAV, María del Rosario Sáez Yuguero, y por Ángel Acebes, que forma parte del patronato de la UCAV. «Es una gran alegría para mí clausurar un curso que ha sido un verdadero éxito, que indica caminos por donde la UCAV ha querido y quiere seguir caminando. Pero es además una alegría venir a clausurar un curso sobre medios de comunicación social y verdad porque tengo una grandísima estima por los profesionales de los medios, a los que llamo profesionales de la verdad, pues desempeñan un papel muy importante porque contribuyen de manera muy decisiva a edificar una sociedad. De ellos depende en gran medida el futuro del hombre y de la sociedad. Casi es utópico reconocerlo pero es una realidad que no podemos dejar de tener presente», empezó diciendo.

Servir a la verdad

«Los medios están configurando enteramente nuestra sociedad. La manera de pensar, de sentir, de actuar. Están formado un mundo nuevo y con ello un nuevo tipo de hombre. Que uno sea lo uno o lo otro depende de lo que los demás le comuniquen, lo cual indica la gran responsabilidad que tienen. Pueden contribuir a hacer una sociedad libre o de esclavos por no servir a la verdad o por estar bajo el dominio de poderes ideológicos, económicos, políticos… No es fácil ser periodista, pero ciertamente es muy apasionante, porque su tarea al servicio de la verdad es indispensable en estos momentos y no se realiza en un contexto cultural fácil, pues está marcado por el relativismo o por el ocultamiento de la verdad. No se aprecia la verdad, se considera que es hablar de intransigencia o de dogmatismo, cuando sólo con la verdad podemos llevar a cabo esa comunión de personas. Vivimos en un contexto cultural en el que estamos todos obligados a la verdad y los medios están obligados, por el influjo que tienen, a ser fieles a ella. Porque los medios, llamados la segunda escuela, tienen a veces más influencia que la escuela o que la propia familia».

Y en referencia a ese relativismo de la sociedad en que vivimos, Antonio Cañizares aseguró que «cuando se considera que no hay bien en sí, que no hay valores en sí, que no hay verdad en sí, sino que son sólo apreciaciones, o que la verdad la creamos nosotros, esto nos lleva hacia una sociedad en la que parece que hay una gran libertad, pero que no lo es realmente. Por eso, en estos momentos hablar de un curso sobre medios y verdad es muy importante para ayudar a que la sociedad sea más libre. Esta cuestión es fundamental para la vida y la historia de la humanidad, pues afecta a todos los hombres, pues a todos interesa en cuanto a todo hombre le interesa llegar a esa verdad, saber quién es, de dónde viene, si existe el mal… El hombre ciertamente en alcanzar o no la verdad se juega el sentido de su vida».

Quiebra de la sociedad

También habló el cardenal de la quiebra de nuestra sociedad, por lo que «es vital que los medios aborden esta cuestión. Llegar a la verdad es posible y es necesario para el hombre. Hemos de estar atentos a la quiebra de nuestra sociedad, que sufre una crisis, que no es sólo económica, sino de aquello que sustenta a la persona humana, una crisis moral, una quiebra de humanidad, es el hombre que se rompe. Está en juego, en definitiva, la suerte misma del hombre. Cierto es que los medios no son lugares para hablar de moral, pero sí de verdad. Esta crisis crea desconcierto e incluso una sensación de sálvese quien pueda, que lleva a la lucha, al enfrentamiento, a dejar a muchos en la cuneta del abandono y se llega también a una especie de comportamiento a la carta, y eso también ocurre en la Iglesia, donde hay un cristianismo a la carta. Nos encontramos ante una quiebra moral. Nuestra misma esencia indica una naturaleza que no es inventada por nosotros. Estamos acostumbrados a que la realidad del hombre, la gramática del hombre sea negada una y mil veces constantemente, cuando se está produciendo una quiebra de derechos humanos fundamentales, como el derecho a la vida, tratado sólo como una cuestión política. No es esto. Detrás del derecho a la vida, qué se está diciendo. Si esto sólo se reduce a estrategias, a cuestiones de procedimiento, a consensos, estamos olvidando al hombre mismo».

 

«Hay que apostar por la familia»
«Los medios de comunicación pueden generar una nueva civilización basada en el amor, en el respeto a los derechos humanos si se sostienen en una verdad. Tienen una responsabilidad total, compartida con toda la sociedad, que es una labor educativa para que el hombre sea hombre, para que alcance la verdadera humanidad. De este reto fundamental en defensa de la vida resulta también inseparable otro reto que es la defensa de la familia. Es necesario que los medios apuesten por la familia. Cuando los medios atacan a la familia, vulneran a la verdad. Sólo sobre la base de la familia se sustenta la verdad del hombre y esto me lleva a un aspecto muy concreto, como aberraciones auténticas en el campo de la sexualidad, pues se está yendo contra el propio hombre».