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Barcelona blinda el Mobile World Congress contra las protestas
BARCELONA– Barcelona se está volcando con el Mobile World Congress (MWC). La ciudad sabe que se juega su prestigio y que la cita es un gran escaparate mundial para difundir su idoneidad como sede de eventos de gran calibre. Por ello , todos los agentes implicados en el buen funcionamiento del congreso han arrimado el hombro.
Quizá el gesto más significativo en este sentido sea el que han llevado a cabo los trabajadores de TMB, que el sábado descartaron secundar la huelga, promovida principalmente desde el Congreso General de Trabajadores (CGT). Como explicaba uno de sus conductores de autobús a este diario, «ahora no es el momento de convocar una huelga. Es un gesto de responsabilidad».
Con este lema como telón de fondo, ayer arrancó el congreso con normalidad en cuanto al transporte y la movilidad se refiere. Metro y bus funcionaron a pleno rendimiento, pese a que a primera hora de la mañana se registraron algunos incidentes puntuales, protagonizados por un grupo reducido de representantes de CGT, que inutilizaron media decena de autobuses al pincharles las ruedas delanteras o pintarles la luna. Por la tarde, un grupo de trabajadores descontentos por haber abortado la huelga de TMB cortó el tráfico en plaza España. Se sumaron vecinos contrarios a la subida de tarifas del transporte o la reforma laboral e integrantes del 15-M. La manifestación, de unas 500 personas, acabó con algunos participantes volcando contenedores para impedir el paso de los furgones policiales.
Un evento como el MWC, con su repercusión y difusión a nivel mundial, con unos 3.000 periodistas acreditados, se convierte en un escaparate muy atractivo para aquellos grupos reivindicativos que se quieren hacer oír. Así, solventado el problema de la movilidad, otro de las grandes factores que puede poner en riesgo el correcto devenir del congreso es el de la seguridad. Pese a que ayer apenas se produjeron incidentes destacados, no faltaron los manifestantes a la puerta de la Fira. Se ha optado por blindar la plaza España y sus alrededores. Tanto Mossos d'Esquadra como Guardia Urbana han redoblado esfuerzos y recursos para evitar incidentes y para garantizar la correcta regulación del tráfico, respectivamente. La Policía Autonómica cuenta con más de media decena de furgonetas y otras tantas patrullas en la puerta del recinto ferial, así como un helicóptero que sobrevuela la zona y agentes con perros. Por su parte, la Guardia Urbana se emplea a fondo, incluso con agentes a caballo, para potenciar la fluidez del tráfico. Y es que cualquier esfuerzo es poco dada la gran afluencia de gente que concentrará estos días la Fira, cerca de unos 66.000 visitantes.
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