Bruselas

Los registros belgas contra la Iglesia fueron irregulares

Las víctimas de abusos, maltratadas por la justicia de Bélgica, acuden al Tribunal Europeo de Estrasburgo 

La Razón
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La Policía y la Justicia belga se van hundiendo en una espiral de descrédito por sus errores en la investigación de abusos sexuales, con los que han dañado a la Iglesia, a las víctimas y al prestigio del país. El pasado viernes, un juez de la sala de supervisión de la fiscalía de Bruselas, Wim de Troy, confirmó que los registros policiales de finales de junio en el arzobispado de Bruselas y en la catedral de Malinas fueron irregulares. Sin embargo, la fiscalía no anunció públicamente esta confirmación, sino que fue el abogado del cardenal Godfried Daneels quien lo difundió en rueda de prensa, explicando que la fiscalía admite que los registros «fueron demasiado generales y sobrepasaron la competencia del juez de instrucción».

Los registros no sólo enfadaron a la Iglesia (el cardenal Tarcisio Bertone, «número 2» del Vaticano, los comparó con los de los «regímenes comunistas de antigua experiencia») sino también a las víctimas, que cooperaban con la Iglesia en la investigación de los abusos confiando en la confidencialidad de los datos que aportaban. La Policía destruyó ese trabajo cuando confiscó archivos e historiales que las víctimas no querían que circulasen.

El abogado de las víctimas, Walter Van Steenbrugge, protesta porque la fiscalía no les haya informado de su admisión de «irregularidades»: «la Justicia escupe sobre las víctimas», afirma, y acusa a las autoridades de «una arrogancia inédita». Maltratadas por Bélgica, las víctimas han anunciado que han recurrido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos por violación del derecho de acceso a la justicia.