Deportivo Alavés

Dos minutos

La Razón
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En dos minutos por no decir un instante, que era como el padre Serret pintaba el modo en que Adán y Eva perdieron su inocencia, el Real Madrid puso al Milan contra las cuerdas en el Santiago Bernabéu. Dos goles sin que los milaneses se enteraran de qué pasaba. En el saque del libre directo de Cristiano Ronaldo facilitaron los hombres de la barrera el pase del balón y en el remate de Özil, un defensor, con la chepa, desvió la trayectoria y llegó la segunda diana local.

Fue tan sencillo poner el partido a favor, que poco después los madridistas permitieron que el Milan se hiciera a la idea de que podía mejorar el resultado. Pirlo dio un susto estrellando un balón en el larguero y Seedorf mandó la pelota a un amigo que estaba por el anfiteatro. El Madrid volvió a tomar el mando y sin necesidad de apretar la marcha. Le bastó poner la directa unos minutos para colocarse con nueve puntos en la cabeza del grupo y dejar al Milan a cinco puntos de distancia. Fue tan superior que hasta en los minutos en que renunció a correr dejó constancia de superioridad.

Los milaneses caminaron, no corrieron desde el principio y dejaron la sensación de que el equipo no es sólo conjunto dominado por jugadores veteranos, sino por futbolistas que ya se encuentran en plena cuesta abajo. Entre un equipo y otro no hay color. Este Milan está muy lejos del que dirigido por Arrigo Sacchi creó escuela con Rikjaard, Gullit y Van Basten, entre otros.
El Real Madrid desaprovechó la ocasión de vengar alguna humillación anterior ante el equipo italiano. Tuvo ocasión de lograr goleada escandalosa. Durante muchos minutos del partido pareció que solamente se entrenaba.