Londres
Ashtiani sufrió abusos durante años de su marido drogadicto según su abogado
Sakineh Mohammadi Ashtiani, la mujer iraní condenada a lapidación por supuesto adulterio, sufrió durante años abusos y palizas de su marido drogadicto, que incluso la hizo prostituirse para pagar su vicio, según la versión de su abogado, Mohammed Mostafei.
Mostafei, que se encuentra en Noruega desde que huyó de Irán en julio, declaró al diario británico "The Times", que su cliente está "en una situación muy difícil"y dijo temer que su ejecución sea inminente.
"Antes de ejecutar a alguien, los muestran en la televisión estatal para que hablen de sus crímenes y se condenen a sí mismo", explicó Mostafei en referencia a lo ocurrido con su cliente, a la que obligaron supuestamente a recrear el asesinato de su marido en un documental para la TV.
Violando la confidencialidad debida a su cliente, Mostafei explicó a The Times que la mujer le había contado que procedía de una familia pobre de la ciudad de Osku y que su padre la había obligado a casarse con un hombre mayor, Ebrahim Ghaderzade, que desde el principio "la trató brutalmente".
Ashtiani le dio dos hijos con la esperanza de que atemperasen el comportamiento del marido, pero ocurrió todo lo contrario: abusó de ella física y verbalmente, no la dejó visitar a sus propios familiares y cuando ella le pidió el divorcio, se lo negó.
La mujer explicó también a su abogado que su marido se había convertido en un adicto a la heroína y que le había propuesto que se prostituyera para pagarle la droga.
En 2004, un hombre la violó en su casa con aprobación de su esposo, según le contó también ella entre sollozos.
Según el abogado, su único consuelo era un familiar soltero de su marido llamado Isa Taheri, que explotó la situación ofreciéndole su simpatía para ganar su afecto.
Cuando su marido prohibió a Taheri pisar la casa, éste le dijo a Ashtiani que quería asesinarle. Ella se resistió, pero él insistió tras explicarle que todo lo que tenía que hacer era ponerle una inyección para que perdiera el conocimiento.
Eso es lo que ocurrió al parecer el 14 de septiembre de 2005 mientras los hijos de la cliente estaban fuera de casa.
Tras inyectarle, Taheri electrocutó al marido inconsciente, y Ashtiani informó de la muerte a las autoridades, aunque explicando que había sido un suicidio.
Según su abogado, Ashtiani es una mujer humilde que había sufrido mucho y era fácilmente manipulable.
Taheri fue quien asesinó al marido, pero el sistema legal iraní es tal que mientras aquél está libre - gracias al perdón de los hijos de la víctima- Ashtiani puede ser ejecutada.
Ashtiani fue declarada culpable de complicidad y condenada a diez años de cárcel.
Al mismo tiempo la declararon culpable de relaciones ilícitas con un hombre, por lo que recibió 99 latigazos, y más tarde fue condenada a muerte por lapidación por adulterio.
El asesino, Taheri, al no estar casado, recibió sólo latigazos.
Según Mostafaei, los tribunales iraníes y los medios controlados de ese país controlados por el Estado no han tenido en cuenta las circunstancias atenuantes.
El régimen ha resucitado, según él, la acusación de asesinato para justificar su ejecución pese a que Ashtiani fue juzgada ya hace cinco años por la muerte de su marido.
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