Cine
Stephen Frears: «El cine americano es muy raro»
Frears responde lacónico y desganado. Diremos que flemático, por británico él y por corteses nosotros. Hablamos de su nueva película, «Tamara Drewe», la odisea doméstica de una hermosa chica en la campiña inglesa cercada de escritores y sometida a la hipocresía que tanto se asocia al victorianismo
«Han comparado la película a las novelas de Jane Austen», reconoce, y admite las «similitudes» con otras obras suyas, como «Las amistades peligrosas» y «The Queen»: «Son siempre relaciones peligrosas entre hombres y mujeres, ya sea en la campiña inglesa o en la francesa».
El director, que abrió con esta historia el Festival de Cine Europeo de Sevilla, donde recibió además el Premio de Honor, considera que «la clase media, mi clase, y yo mismo somos ridículos. Los cineastas prefieren hablar de la aristocracia y los trabajadores porque son todos de clase media y les parece más exótico, pero el mundo en el que me crié está desapareciendo», afirma. Quizá por ello, Frears se «retira» con «Tamara Drewe» al condado de Dorset y al mundo de Thomas Hardy. El guión ha sido extraído de una novelas gráfica de Posy Simmond, publicada en tiras semanales en ‘‘The Guardian'', y con remembranzas del «Lejos del mundanal ruido» del escritor británico.
«Sólo he leído dos comics en mi vida: Spiderman y éste». Nada que ver «Tamara Drewe» con los alardes de las películas americanas de superhéroes, entre otras cosas porque a su director «no le interesa en absoluto la tecnología sin guión». De guión se habla, de historias y de apuestas cinematográficas. Frears lleva años sin rodar en Hollywood: «Están ocurriendo miles de cosas en el mundo y gran parte del cine americano le da la espalda; no he encontrado proyectos interesantes en este tiempo en Estados Unidos». Frente a la opinión clásica del público, sentencia: «Las peliculas americanas son muy raras». ¿Y para cuándo un retrato de la era Cameron? Frears pone tierra de por medio. «Tardamos cinco o seis años para rodar una película sobre Tony Blair; es pronto para Cameron». Aquello fue con ‘‘The Queen'', soberbio y humano retrato de la regente británica en sus horas más críticas: «No sé si es verdad lo que mostré de la Reina, es sólo lo que imaginé. Por un lado su imagen oficial parece muy distinta, pero por otra parte es como mi madre».
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