Pujol ante la Cataluña sin pacto fiscal

BARCELONA– Existe una anécdota muy conocida de Jordi Pujol (1930) que ilustra a la perfección su obsesión política. Con 11 años, en una excursión a la cima del Tagamanent, contempló el estado ruinoso del paisaje de posguerra. Desolado ante una destartalada ermita y ante varias masías desvencijadas, Pujol se propuso «rehacer» Cataluña, «reconstruir un país». 60 años después de aquello, Pujol se siente orgulloso de la obra realizada, pero cree que hay un riesgo que amenaza el futuro de Cataluña, el de no conseguir un nuevo pacto fiscal. «No sé si tendremos pacto fiscal pero sé que lo otro es la muerte», advirtió ayer el ex presidente de la Generalitat en la presentación del tercer volumen de sus «Memòries», editadas por Proa.
Pujol no cree que el gobierno de Artur Mas las tenga todas consigo para salirse con la suya, pero no ve otra opción que intentarlo, ya que «si aceptamos la situación tal y como está ahora estamos muertos». «La situación de ahora hace que Cataluña sea inviable. Si quieremos un país que vaya hacia delante, una Cataluña integradora y cohesionada necesitamos el pacto fiscal. Todo esto que tenemos ahora es tan inviable como la independencia. Así no se puede hacer un país», advirtió.
El problema es cómo conseguir un nuevo acuerdo que permita a Cataluña lograr un sistema de financiación similar al del País Vasco. «Es muy difícil llegar a una solución sobre el pacto fiscal si no hay un cierto acuerdo entre los grandes partidos españoles», opinó el ex president. Lo que el patriarca de CiU quiere es poner fin, de una vez por todas, a la denominada «autonomía por arrastre» (Cataluña consigue cuotas de autogobierno y, a continuación, se suma el resto) para crear una excepción que permita a la Generalitat «salir de la Lofca (ley orgánica para la financiación de las comunidades autónomas).

Un «soldado obediente»
Pero, ¿y si no se logra? «Si esto del pacto fiscal fracasa y, según cómo fracase, no tendremos muchas salidas. Yo me alinearé con el Govern y con su president. Mi labor no es la de agitar. Soy un soldado obediente», afirmó Pujol, que no quiso azuzar manifestaciones ni consultas populares hasta ver el descenlace de la negociación.
A lo largo del coloquio, el ex presidente se refirió de forma muy crítica a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut y a la posibilidad de la independencia. «Es muy difícil, tiene lógica que haya gente que la reclame. Yo en 2004 hice una conferencia para disuadir a la gente de esta idea. Ahora no la podría repetir», reflexionó.
Pujol, que siempre ha sido un gran actor político –ayer dialogó con el micrófono abierto con el camarero y se levantó de la mesa para escuchar preguntas– también aprovechó su intervención inicial para formular un deseo. En 2014 se conmemoran 300 años de la caída de Barcelona en la guerra de Sucesión y el ex president pidió que «no sea una celebración más».

«Esa chica, Sánchez-Camacho, compórtate»
Los dirigentes de CiU no acaban de digerir el protagonismo que el PP de Alicia Sánchez-Camacho ha asumido en esta legislatura. Y Jordi Pujol no es una excepción. El ex president la reprendió ayer, en TV3, por exigir recortes en las subvenciones a entidades como Òmnium Cultural, y le pidió que se comporte.«Debería tener un punto de contención.... Escucha chica, compórtate, compórtate», dijo. En sun opinión, la diferencia entre ella y el ex presidente del PP catalán Alejo Vidal-Quadras es «la que va del orgullo a la vanidad»